Por Antonio Adeliño Vélez | Diciembre 20, 2012 - 6:49 am - Publicado en Cultura

Antonio Adeliño Vélez. Vaya revuelo que se ha levantado a cuenta de unas afirmaciones del Papa Benedicto XVI, recogidas en su libro: La infancia de Jesús; donde como buen teólogo, emplea el método histórico crítico, a la vez que el pedagógico para estudiar y analizar los pasajes del Evangelio que hablan de la infancia de Jesucristo.

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El sabio profesor y sucesor de San Pedro, cuando habla del nacimiento de Jesús en un establo (Lc. 2,7) nos dice literalmente que “el Evangelio no habla de animales”, “pero ninguna representación del nacimiento, renunciará al buey y al asno” pues aunque no se mencionen en el libro sagrado, es de suponer que junto “al pesebre donde María puso a su niño recién nacido” les hubiera.

Más tarde, la tradición cristiana se encargó de incorporales, al meditar al profeta Isaías cuando afirma: “El buey conoce a su amo, y el asno el pesebre de su dueño; Israel no me conoce, mi pueblo no me comprende” (Is. 1,3).

Interpretar que Ratzinger destierra al buey y la mula del portal de Belén, cuando está afirmando todo lo contrario, resulta un poco chocante; aunque sorprende aún más la indignación con la que algunos medios, comentaristas y columnistas, se han hecho eco de una noticia sacada de contexto o maliciosamente interpretada.

Esta tergiversación no dejaría de ser anecdótica, si no fuera porque ha calado hondo entre espectadores, lectores y oyentes; que han creído a “pies juntillas” las informaciones, sin molestarse en contrastar la noticia, ni cuestionarse su veracidad. Y parece que han logrado su objetivo, quienes pretendían desprestigiar al Papa, aún cuando saben que es uno de los pensadores actuales más lúcidos, y así le reconocen en todos los ámbitos intelectuales, aunque haya quienes no comparta su discurso.

En fin, que procede olvidar estas discusiones mediáticas y colocar junto a María, Jose y el Niño; al buey y la mula. Y después toda la compaña de reyes magos, castillo de Herodes, pastores, lavanderas, labriegos, arrieros, castañeras… y algún que otro indiscreto “cogoncete”.


Este articulo fue publicado el 20 Diciembre 20Europe/Madrid 2012 a las 6:49 am y esta archivado en Cultura. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

1 Comentario

  1. Diciembre 20, 2012 @ 11:28 am


    No sé si en belén habría o no animales, pero de lo que no tengo duda es de que esta polémica ha ayudado y mucho, a vender el libro del Papa, que de otro modo habría pasado como un pequeño apunte en los medios, sin pena ni gloria.

    Escrito por Felipe

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