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Redacción. En 1.473 el Arzobispo de Toledo Alonso Carrillo de Acuña convocó en Aranda de Duero un polémico Concilio para combatir la falta de formación y “vida disipada” de algunos clérigos, estableciendo prácticas como la obligatoriedad del latín… ó la regulación de los matrimonios clandestinos. 426 años después, el pueblo de Aranda conmemora tal evento con una escenificación por las calles de Aranda y una muy elocuente obra de teatro.

La escenificación de tan histórico momento parte de la confirmación como Villa Real de Aranda de Duero por parte de la todavía Princesa Isabel de Trastámara (futura Isabel I de Castilla), quien, participando en tal acto (al que acudió sin invitación previa) quiso ganarse el apoyo del clero. La regia presencia, sin embargo, sirvió para alentar aún la tensión existente entre un estamento clerical que veía como parte de sus miembros ejercía su ministerio de una forma totalmente disoluta.

Semejante complejidad ha logrado ser plasmada con gran fidelidad por los responsables y participantes en una representación que, como hemos visto en esta IV edición, ofrece una actuación colorista, rigurosa y, ante todo, profesional.

Durante todo el fin de semana, las calles de Aranda han sido el escenario para todo tipo de actos: desde los propiamente narrativos (realizados por los actores) hasta otros de cariz más lúdico y festivo: espectáculos pirotécnicos, humorísticos e incluso malabares, que hicieron las delicias del numeroso público asistente.

Uno de los actos centrales fué, una vez más la representación teatral escrita por Miguel Gómez Andrea y dirigida por Miguel Nieto que se celebró en el Centro Cultural de Caja de Burgos. La obra refleja con rigor y gran fastuosidad un momento histórico especialmente complejo… pero de crucial importancia para el Reino de Castilla, y por ende, para la Villa de Aranda.

Tal y como ha señalado D. Gonzalo Santonja, director del Instituto Castellano Leonés de la Lengua, esta representación es “la Historia convertida en celebración popular“, de la que - según Santonja - cabe destacar la implicación de los vecinos en la representación: “se trata de actores, que pese a que no vivan del teatro; resultaría injusto decir que se trata de aficionados”.

Iglesia de Santo Domingo, Aranda de Duero.

Este articulo fue publicado el 14 Junio 14Europe/Madrid 2009 a las 4:54 pm y esta archivado en Es Noticia. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.