Por Redacción | Febrero 26, 2014 - 10:27 am - Publicado en Cultura

Gumersindo Ontañón Ontañón. De nuevo a escena, 2014 se ha presentado frío, lluvioso; febrero, el loco, no ha dejado de resoplar con dureza, los largos días y las eternas noches han seguido los mismos pasos.

Como un soplo de esperanza, esperemos, llegue marzo florido y hermoso. Es un buen momento para que nuestro pueblo salga del letargo invernal y comience a palpitar como Dios manda. Seguro que la petición de los marzantes será escuchada y todos los rincones se iluminarán para dar la bienvenida al nuevo año siguiendo la tradición romana.

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Significación de esta tradición (II)

“El Cancionero popular de Burgos” nos muestra interesantes aspectos del folclore de la provincia y en este caso apuntes de las marzas que nos siguen aportando ideas del sentido propio de esta tradición. Dando continuidad por tanto a los aspectos reflejados en eldíptico que el pasado año os presenté en palabras de Miguel Manzano Alonso, sigo mostrando otras significaciones interesantes.

3. Preludio a la Primavera.

Por lo que respecta a su carácter de canto propiciatorio del buen tiempo y de mágico conjuro para el despertar de la naturaleza, si alguna vez lo tuvo, desde luego no se conservó conscientemente en la intención de nuestros informantes. Este aspecto, que es el más insistentemente citado en algunas recreaciones folclóricas de las marzas actuales, es el más alejado de la voluntad de quienes en su día lo cantaron y, sin embargo, el canto de las marzas puede tener hoy un sentido lúdico y en cierto modo cercano a aquel que tuvo hace años: el sentido de compartir un canto que representa un recuerdo común de la infancia de quienes lo recuperan en su pueblo, la vuelta a ese mismo pueblo con la disculpa de cantar marzas de personas que trabajan en la ciudad y que, en un periodo que no es de las vacaciones de verano, vuelven a encontrarse con sus vecinos y amigos, y en última instancia el participar en una ronda colectiva en la que todos pueden cantar independientemente de la calidad de sus voces.

4. Reencuentro con la Tradición.

Puede que incluso haya gente que lo que busque sea sentirse parte de un grupo, que repite lo que durante generaciones hicieron sus padres y abuelos, y ello aún intentándolo llevar a cabo, como lo ocurrido recientemente en la capital de provincia, la mayor parte de quienes nacieron en un mismo pueblo y a quienes la vida les llevó precisamente a la capital, donde seguramente residan. Si el rencuentro con los amigos, las chuletas, la morcilla, el porrón, incluso el aguardiente para combatir el frío, añadiría yo, y el canto consiguen hacer suficientemente lúdica la celebración de las marzas, éstas seguirán teniendo sentido, pues esa finalidad lúdica es una de las que tuvo en su día, y como toda buena celebración adquirirá su carácter de suceso colectivo mediante la solidaridad de los participantes que contoda seriedad deberán entonar esos viejos cantos.


Este articulo fue publicado el 26 Febrero 26Europe/Madrid 2014 a las 10:27 am y esta archivado en Cultura. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

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