Por Redacción | Marzo 29, 2014 - 7:00 am - Publicado en Viña y fogón

Chef Jorge Romero. El equilibrio entre acidez y dulzor, sumado a un color muy intenso y una textura peculiar, hace de la fresa un estupendo ingrediente para realzar infinidad de recetas.

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Los frutos rojos, incluidas las fresas, son ricos en vitaminas, minerales y fibra. También poseen un interesante perfil nutricional y destacan por ser fuente de antioxidantes. Pero, además de estas cualidades que hacen de ellos un alimento saludable, son llamativos, sabrosos y muy versátiles para cocinar. En esta época, que va desde marzo a junio, las fresas se encuentran en su mejor momento y tienen ese punto irresistible que las convierte en el rubí de las fruterías. El equilibrio entre acidez y dulzor, una textura peculiar y un color vibrante y atractivo permiten disfrutar de ellas tanto en platos dulces como salados, en bebidas y en distintas comidas del día.

Fresas a todas horas

Es difícil imaginar un puñado de fresas frescas sin pensar también en una generosa ración de nata. Junto con el helado y las tartas, es una de las presentaciones más tradicionales. Sin embargo, existen muchas otras maneras de utilizar esta fruta. Algunas son más conocidas que otras, pero todas son exquisitas.

1. Desayunos. Con zumos, leche y cereales. Una manera muy práctica de incorporar fruta fresca al desayuno es utilizar unas cuantas fresas. Podemos consumirlas al natural o, también, intentar distintas combinaciones. Si nos gustan los cereales y el yogur, añadir al tazón unos trocitos de fresas recién cortados aportará un punto de frescura y sabor muy interesante. Esta mixtura también funciona muy bien con leche desnatada en lugar de yogur. Si preferimos los zumos y tenemos algo más de tiempo, podemos preparar un zumo de kiwi y fresas, uno de ciruelas y fresas, o añadir algunas fresas al típico zumo de naranja.

2. Aderezos. En mermeladas, vinagretas y salsas. La mermelada de fresa es muy rica con tostadas, pero hay muchas otras maneras de emplearla en la cocina: es una base estupenda para hacer vinagretas originales y salsas para carnes, que admiten combinaciones originales e ingredientes con carácter. De hecho, si elaboramos una salsa de fresas con la intención de aderezar platos salados, podemos añadir unas gotitas de wasabi o de salsa de soja o un poquito de pimienta como contrapunto del dulzor (queda estupendo). Combina muy bien con alimentos grasos -como el foie y el paté-, con quesos y en vinagretas para aliñar ensaladas.

3. Comidas. En ensaladas, con pollo y pescado. La fresa no es una fruta en exceso dulce y tiene, además, unas notas de acidez muy interesantes para incorporar a ciertos platos salados. Una posibilidad es utilizarlas como ingrediente en una brocheta de pollo o en una terrina de pescado con verduras asadas. Otra, añadirla a nuestras ensaladas para aportar novedad en el color, el sabor y la textura. La fresa, combinada incluso con manzana, siempre realza una ensalada de lechuga y zanahoria. También marida muy bien con una ensalada de anchoas, queso brie y cogollos de Tudela y podemos añadirla a unas endibias, con su correspondiente vinagreta.

4. Bebidas. Zumos, batidos y granizados. Solas o combinadas, las fresas también pueden beberse o degustarse a cucharadas. Si compramos una caja y queremos evitar que se estropeen, preparar con ellas un zumo, un batido o un granizado es una estupenda solución para aprovechar las que están más maduras o son menos vistosas. El batido de fresa y plátano, el zumo de fresa con ciruelas y el sorbete de fresa con un toque de limón siempre triunfan.

5. Postres. En tartas, cupcakes, con helado… Las fresas pueden usarse en infinidad de platos; pero su punto fuerte es la repostería, sin duda. En este ámbito, las opciones se multiplican y encontramos desde lo más sencillo y tradicional, como una copa de fresas con nata, hasta recetas más novedosas y muy ricas, como los cupcakes de fresa, con las que podemos sorprender a nuestros comensales (si bien son más calóricas). Una dulce opción para los días más cálidos es preparar un bavarois de fresa con cava, o bien un biscuit helado de fresa si no queremos emplear alcohol. Para los más pequeños, el polo de fresa es una apuesta segura. Si preferimos un postre ligero, la brocheta de frutas (por ejemplo, de melón, fresas y pera) es una buena alternativa. Si, en cambio, decidimos hacer una excepción y disfrutar de algo un poco más contundente, la tarta de fresas, las torrijas de carnaval con natilla y fresas o la tarta de requesón y fresas son deliciosas propuestas.


Este articulo fue publicado el 29 Marzo 29Europe/Madrid 2014 a las 7:00 am y esta archivado en Viña y fogón. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

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