Por Antonio Adeliño Vélez | Junio 16, 2014 - 7:35 am - Publicado en Viña y fogón

Antonio Adeliño Vélez. Las religiosas de la Congregación Iesu Communio con Monasterios en Lerma y La Aguilera, han sacado al mercado un nuevo producto de chocolate que se suma al interesante catálogo de dulces ofertados en sus tiendas con la denominación genérica de “pequeña repostería”.

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El nuevo producto que se comercializa con el nombre de “cubanitos”, se presenta en una caja de nuevo diseño, cuadrada y más estrecha, aunque se ajusta al colorido de su habitual línea comercial. Y se trata de los clásicos barquillos rellenos y recubiertos de chocolate y avellana; donde los matices aportados por el cacao se mezclan con los rollitos de obleas, en un armonioso crujir de sensaciones que inundan el paladar.

La puesta en el mercado de estos barquillos chocolateados, coincidía en el tiempo con la exposición de los resultados en la Sociedad Americana de Química, de un equipo de investigación; que desvelaba el misterio de los beneficios para la salud, atribuido durante siglos al chocolate. Los científicos explicaban que esto se debe a la transformación por las bacterias del estómago, del chocolate ingerido en un componente antiinflamatorio que resulta beneficioso para el corazón, pues disminuye la hinchazón de los tejidos cardiovasculares y reduce el riesgo de sufrir accidentes cerebro-vasculares.

Independientemente de estos efectos saludables y de los componentes polifenólicos (antioxidantes) del cacao; los aficionados a la degustación de estas exquisiteces gastronómicas, debemos agradecer la maestría de las monjas para elaborar a partir del chocolate, las distintas variedades de dulces con sus matices peculiares; ya sea por la incorporación de licores, de distintos frutos secos, o de aromas naturales.

Unas delicias que debemos consumir con moderación, pues aunque sus beneficios para la salud han quedado demostrados científicamente; pueden acarrear algún efecto secundario, al añadir algunos gramos a nuestro peso habitual. Nada que no se pueda solucionar con un paseo por las riberas de nuestros ríos, o practicando algún deporte. Ambas actividades son buenísimas para el corazón, pero no tanto como el consumo de chocolate. Palabra de goloso.


Este articulo fue publicado el 16 Junio 16Europe/Madrid 2014 a las 7:35 am y esta archivado en Viña y fogón. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Tanto los comentarios como los pings estan cerrados.

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