Por Webmaster | Noviembre 20, 2009 - 9:13 am - Publicado en Es Noticia, Viña y fogón

Webmaster. Se han cumplido ya tres décadas desde que Ismael Arroyo decidiera, con el apoyo de sus hijos, Miguel Ángel,  Ramón, y más tarde Marisa, poner en valor el viñedo que la familia poseía en la localidad burgalesa de Sotillo de la Ribera, y lanzarse a la elaboración de sus propios vinos con una marca, iniciando así un negocio familiar que en estos 30 años ha tenido un recorrido lleno de reconocimientos.

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En el año 1979 muchos agricultores de la zona aún arrancaban sus viñas debido al bajo precio de las uvas y el vino, y lo que se mantenía era gracias a las cooperativas. No parecía el mejor momento para fundar una bodega, pero la familia conocía bien la calidad de las uvas y sabía que se podía sacar un buen producto.

Las primeras botellas, de rosado y tinto joven, de Bodegas Ismael Arroyo, se vendieron enseguida en las provincias de Burgos, Valladolid y Segovia, bajo la marca Mesoneros de Castilla, y poco a poco fueron extendiendo su mercado.

Paralelamente, decidieron arreglar una de las mejores bodegas subterráneas de Sotillo de la Ribera, la bodega El Concejo, que poseían por herencia familiar, para dedicarla a la crianza del vino en barricas, como hacían sus antepasados. Y aquí nacieron los crianzas, reservas y grandes reservas Valsotillo, que muy pronto llamarían la atención de los importadores norteamericanos.

D. Ismael Arroyo

D. Ismael Arroyo

Pero antes Ismael Arroyo se unió a otros viticultores amigos de la zona, (los hermanos Pérez Pascuas, Alejandro Fernández, Pablo Peñalba…), que como él se habían arriesgado a iniciar un negocio, y junto a técnicos y funcionarios, sobre todo de la Diputación de Burgos, lograron crear en 1982 la Denominación de Origen Ribera del Duero.

Con un respaldo ya oficial de que se estaba elaborando un producto de calidad y un mercado que crecía, la bodega fue ampliando y mejorando instalaciones cerca de sus naves subterráneas, en el cerro de San Jorge, plantando nuevos viñedos e incrementando el parque de barricas y fue también de las primeras que se inició en el turismo enológico, invitando siempre a sus clientes nacionales y extranjeros a visitar la bodega histórica.  En 1989, por ejemplo, acudió a verla el entonces presidente de la Junta de Castilla y León, José María Aznar.

El peso de la tradición y la experiencia.

Actualmente Bodegas Ismael Arroyo elabora alrededor de 250.000 kilos de uva. Posee 25 hectáreas propias de viñedo, todo de la variedad Tempranillo o Tinta del País, autóctona de la zona, y compra el resto a viticultores locales, todos ellos propietarios de viñedos viejos (entre 40 y 100 años), ubicados en diferentes parcelas por todo el término de Sotillo de la Ribera, uno de los más privilegiados de la DO Ribera del Duero por su suelo, la ideal exposición y orientación de las colinas donde se ubican las viñas, y su altitud, que supera los 800 metros.

Siguiendo la voz de la experiencia, Ismael Arroyo y sus hijos han plantado siempre sus viñas con el sistema tradicional, en vaso, controlando que la producción no supere los 5.000 kilos por hectárea, para asegurar la calidad de la uva, y huyendo de sistemas de riego y tratamientos químicos contra enfermedades, ya que no son necesarios dada la excelente ubicación de las viñas.

La filosofía de la familia es imprimir un estilo personal a sus vinos, por lo que desde los inicios se han encargado ellos mismos de controlar todo el apartado de selección de uva, elaboración .

Este estilo propio se refleja en unos vinos con gran potencia de color y mucha estructura,  y siempre procurando que los aromas de la madera respeten las características frutales de la uva Tempranillo. Son perfectos para largos envejecimientos, por ello los grandes reservas de Bodegas Ismael Arroyo tienen un gran prestigio entre críticos y expertos, que suelen incluirlos en catas históricas.

Precisamente fue uno de los primeros Gran Reserva de la bodega, el de la cosecha 1985, el que se llevó el Zarcillo de Oro en la primera edición de los Premios Zarcillo, en 1991, que instauró la Junta de Castilla y León.

En 1997 el Gran Reserva 89 recibiría el Óscar del Vino de la Revista Vinos y Gastronomía dentro de los Premios Sumiller y ese mismo año conseguía el Premio de la Crítica Internacional como Mejor Vino Español.

En 1999 la revista norteamericana Wine Spectator elegía a Bodegas Ismael Arroyo y su Gran Reserva 94 para participar en la Gran Cata Critic´s Choice Awards, donde sólo acuden invitadas aquellas bodegas de todo el mundo que han conseguido un elevado nivel de puntuación en el panel de cata de la revista. Y esta invitación se repetiría en 2003 con el Gran reserva 95.

Reconocimiento internacional.

Las grandes añadas de Valsotillo han recibido además otros importantes reconocimientos en estos 30 años por parte de los expertos, como en 2000, que la revista norteamericana Wine Enthusiast otorgó la máxima puntuación, 96 sobre 100 al Gran Reserva 94, y en ese mismo año el conocido crítico norteamericano Robert Parker otorgó 95 puntos al Gran Reserva 89 destacando de él su “gran intensidad y pureza y extraordinariamente concentrado, incluso más que algunas de las grandes cosechas de su vecino cercano, Vega Sicilia”.

En el año 2003, el Gran Reserva 1995 se llevaría el Gran Zarcillo de Oro de los Premios Zarcillo. Era también el primer año que la Junta de Castilla y León decidía dotar a estos premios, que ya se habían consolidado a nivel nacional e internacional, con una categoría más, los Gran Zarcillo.

Más recientemente  las cosechas de Gran Reserva 89 y 96, y el nuevo VS 2001 de Bodegas Ismael Arroyo fueron elegidos por el Instituto de Comercio Exterior para participar en la Cata Prestigio que se celebró en Alemania, bajo el título, “6 vinos, 6 añadas: grandes vinos españoles”, y dirigida a los mejores sumilleres alemanes y periodistas especializados. Fue en 2007 en Dusseldorf. También ese año Robert Parker publicaba una lista de Grandes Añadas, en las cuales incluía a los Valsotillo Gran Reserva 89, Gran Reserva 94, Gran Reserva 90, Reserva 90 Reserva 96 y Crianza 96.

A nivel internacional el interés por las elaboraciones de Bodegas Ismael Arroyo, que ha conservado su carácter familiar en estos 30 años, ha sido siempre muy elevado. Ya en noviembre de 1992 la Embajada de España en París escogía como representación de la Ribera del Duero al Valsotillo Reserva 86 para una cata dirigida a personalidades de la vida política, cultural y finanzas parisinas. El mismo vino era elegido ese año el Mejor de la Ribera del Duero por la revista Ciudadano, y el Club de Gourmets poco después seleccionaba seis vinos de la familia entre los 100 mejores de España.

En 2008 varios crianzas, reservas y grandes reservas fueron incluidos por el Instituto Cervantes de Nueva York en un Seminario del Vino que organizó, y en agosto de 2009 los Valsotillo han participado en un evento de alto nivel gastronómico en Colonia, Alemania, el Althoffs Festival der Meisterköche al cual acuden los mejores chefs alemanes, junto a otros destacados cocineros de prestigiosos restaurantes en Italia, Inglaterra, Dinamarca, Holanda y Francia.

Enoturismo en la “catedral del vino”.

Uno de los valores principales de Bodegas Ismael Arroyo es su histórica bodega subterránea,  donde envejecen sus vinos. Son 2.000 metros cuadrados de galerías subterráneas excavadas a mano hace cientos de años, se calcula que entre los siglos XVI y XVII, pues ya en esa época Sotillo de la Ribera destacaba como uno de los lugares de venta de enormes cantidades de vino a granel, y cuenta con  otras 84 bodegas subterráneas en el cerro de San Jorge, así como 85 lagares.

En su bodega subterránea, la familia posee 1.000 barricas donde envejecen los vinos a una temperatura constante, entre 11 y 12 grados centígrados durante todo el año, en absoluta calma, oscuridad y silencio, a unos 30 metros de profundidad, lo cual permite ofrecer a los vinos un envejecimiento lento que les ayudará a mantener su estructura y características frutales primarias.

Hoy en día este patrimonio histórico y tradicional vitivinícola, que por su antigüedad, longitud (400 metros) y belleza de sus naves, ha sido calificado como “la catedral del vino” es uno de los principales atractivos para los visitantes.

El turismo enológico es muy cuidado en Bodegas Ismael Arroyo desde sus inicios. Ya en 1991 obtuvo uno de los Premios C de Turismo otorgados por la Junta de Castilla y León a empresas que fomentaron el turismo en la región. Y en noviembre de 2000 el entonces presidente regional, Juan José Lucas, incluyó a la bodega en su recorrido por distintas empresas burgalesas destacadas.

Actualmente son casi 5.000 las personas que se reciben al año en esta bodega familiar, el 80% nacionales, y el resto del extranjero, de hasta 30 países distintos.


Este articulo fue publicado el 20 Noviembre 20Europe/Madrid 2009 a las 9:13 am y esta archivado en Es Noticia, Viña y fogón. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

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