Por Antonio Adeliño Vélez | Abril 30, 2019 - 7:15 am - Publicado en Cultura

Foto archivo Máximo López | Palacio Episcopal convertido en colegio

Foto archivo Máximo López | Palacio Episcopal convertido en colegio

Antonio Adeliño Vélez. Si nos fijamos con atención en el mapa de Aranda de Duero realizado en 1868 por Francisco Coello, observaremos cinco edificios singulares que han sucumbido al paso y peso de la historia. Estos son: El Convento de Sancti Spiritus, situado frente a la iglesia de Santo Domingo; el Convento de monjas Bernardas, en la plaza de la Constitución; el Convento de san Francisco, al inicio de la avenida de El Ferial; el convento de monjas Antonias (franciscanas), en la plaza de san Antonio; y el Palacio Episcopal, en la plaza de los Jardines de don Diego, sobre el solar que ocupan hoy los edificios comprendidos entre el pasaje Primo de Rivera y la calle Miranda do Douro.

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Maqueta de por Jesús Fernández Chico | Palacio Episcopal

Maqueta de Jesús Fernández Chico | Palacio Episcopal

Pues bien, haciendo honor al título de estas líneas, hablaremos del Palacio Episcopal de Aranda de Duero, levantado entre los años 1781 y 1784, fuera del antiguo recinto amurallado, en el sito conocido como eras de La Resina, sobre el solar que ocupaba la ermita de san Roque, con huertas a la caída del río Arandilla, y al solano de la Casa de Postas. Esta última indicación es interesante de resaltar, por cuanto nos sitúa junto al camino real de Burgos, y en una época en que los viajes se hacían en diligencias y tartanas; por lo que había que establecer a lo largo del camino, recintos para el cambio y descanso de los caballos de tiro que arrastraban los carruajes, y este era el caso de las casas de paradas de postas que se distribuían en todo el trayecto de las líneas de correos.

Conviene recordar que hasta 1956, las parroquias de La Ribera burgalesa pertenecían al obispado de Osma, con sede en El Burgo de Osma (Soria). El mapa geográfico de dicha diócesis, quedó configurado en el concilio de Burgos de 1137 y estuvo en vigor más de 800 años. El concordato entre la Santa Sede y el Estado Español de 27 de agosto de 1953, contemplaba la novedad de acomodar en lo posible, las circunscripciones eclesiásticas a las provincias civiles. Y será mediante Decreto de la Sagrada Congregación Consistorial de Roma de 22 de noviembre de 1955, cuando se dispone que en el año 1956 pasen a la archidiócesis de Burgos, noventa y cuatro parroquias desmembradas de la diócesis de Osma.

Francisco Coello | Mapa de Aranda de Duero (1868)

Francisco Coello | Mapa de Aranda de Duero (1868)

El edificio en cuestión, se construyó a instancias del obispo don Bernardo Antonio Calderón, en el solar que ocupaba la ermita de san Roque, por el que la Cofradía del referido santo, recibió seis mil reales para construir un nuevo retablo en la iglesia de Santa María y trasladar allí la imagen del protector y abogado contra la peste. El citado prelado, veía conveniente contar con una residencia en Aranda de Duero que le facilitara el acomodo en sus visitas pastorales, además de servirle de almacén para guardar los diezmos recogidos en los arciprestazgos.

Su modesta estructura era un eco tardío del estilo Herreriano, y los chapiteles que le aportaban cierta prestancia, se inspiraban en la Casa de la Torre (Ayuntamiento) y en el palacio ducal de Lerma. Constaba de un cuerpo central, de planta cuadrada, con patio interior y dos pisos de altura, a los que en su fachada norte y a modo de torre, se añade un piso más que se remata con sendos chapiteles piramidales. Sobre la balconada de la puerta principal se colocó un frontón que enmarcaba el escudo heráldico del Obispo. A derecha e izquierda se adosaron sendas alas de planta rectangular con dos alturas. Una vez más, tenemos que alabar la labor realizada por Jesús Fernández Chico en su trabajo: “Maquetas Historiadas”, pues nos permite contemplar a escala el alzado de un edificio desaparecido y también describirlo apoyándonos en la recopilación los datos históricos que aporta.

Al parecer, el palacio no resultó del gusto de los prelados sucesores y ya en 1788, cuatro años después de acabadas las obras, se dispone que el edificio se acondicione como hospicio y escuela de niños expósitos mayores de siete años, aunque el proyecto no llegó a materializarse. Pero también hubo algún Obispo al que no le pareció tan mala idea, contar con un alojamiento propio para el servicio de la diócesis oxomense en Aranda, y sabemos que don Juan Cabia, ordenó en 1830 acondicionar unas habitaciones del palacio para su uso en las visitas pastorales a los arciprestazgos de La Ribera burgalesa.

Durante la guerra de la independencia (la francesada 1808-1813) fue usado como acuartelamiento principal de las tropas francesas en Aranda de Duero, ya que la localidad se había convertido en punto estratégico de primer orden, al ser paso obligado y preferente entre Madrid y la frontera francesa. El edificio sufre graves destrozos el 15 de junio de 1812 al ser atacada la guarnición francesa comandada por el coronel Coulomy, por las fuerzas españolas al mando del mariscal de campo (general) José Joaquín Durán, que desplaza hasta la capital ribereña dos batallones, el de La Rioja y el ligero de Soria.

Iglesia Corazón de María Aranda de Duero

Iglesia Corazón de María Aranda de Duero

Recuperado de los desastres de la guerra, otro peligro más sutil se cierne sobre el establecimiento, pues los sucesivos decretos desamortizadores de Mendizábal (1836), le incluyen entre los bienes desamortizados y fue declarado en estado de venta. Parece ser que nadie pujó para adquirirlo, pues en 1845 sigue en manos del Estado y se instala allí, el primer cuartel de la Guardia Civil, instituto armado que se había fundado un año antes y que compartirá espacio los años 1853 y 1856 con el batallón provincial del Ejercito. En este largo periodo, el obispado litiga por la legítima propiedad del edificio y consigue su devolución en 1866, pero en 1869 se decreta nuevamente la incautación del edificio por el Gobierno Civil de Burgos, y entre otros usos, fue utilizado en 1871 como cárcel provincial provisional. En 1881 se redacta un proyecto de rehabilitación como acuartelamiento militar que no se llegó a ejecutar. Mientras tanto, continúan los litigios por la propiedad del inmueble que fue resuelto por el Consejo de Estado en 1883 a favor de la diócesis de Osma, que tendrá que esperar hasta 1896 para tomar posesión del mismo.

Conseguida la devolución efectiva de la propiedad, se plantea el dilema de encontrar un uso adecuado para el inmueble. Se rechaza la propuesta de crear un orfanato, y en 1897 se opta por la entrega en usufructo a los Misioneros Claretianos, una congregación religiosa de reciente creación que lo destinará a residencia de los religiosos, internado y centro de enseñanza pública. El edificio fue acondicionado para su nueva función, y su ala derecha se reconstruye como iglesia del seminario. El 9 de noviembre de 1955, justo antes de cambiar La Ribera de jurisdicción eclesiástica, la comunidad claretiana adquiere la propiedad del inmueble, y en 1975 se derriba el viejo palacio, se vende el solar, y se destina el dinero a la construcción del nuevo colegio Claret entre los ríos Arandilla y Duero; mientras que la iglesia Corazón de María de la misma congregación, se erige a este lado del Arandilla, en un rincón de la antigua huerta del Palacio Episcopal.


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1 Comentario

  1. Junio 11, 2019 @ 8:40 pm


    [...] primer edificio destinado a cuartel de la Guardia Civil fue el Palacio Episcopal de la capital ribereña, que se levantaba en un amplio solar al sur de la actual plaza de los [...]

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