Por Redacción | Marzo 24, 2010 - 8:09 am - Publicado en ► Sabores ◄

Chef Jorge Pluchino. El Chef Jorge Pluchino nos cuenta la historia de “El Titanic Argentino”   uno de los más espectaculares naufragios sucedidos en las aguas del Fin del Mundo. También nos propone un plato de primer nivel:Terrina de Hongos, que lo disfruten.

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El Monte Cervantes era un crucero que realizaba la ruta Buenos Aires – Puerto Madryn – Punta Arenas – Ushuaia – Buenos Aires.  En enero de 1930, con 350 tripulantes y 1200 pasajeros a bordo, varó contra unas rocas sumergidas, en cercanías del Faro Les Eclaireurs, y se hundió pocas horas después.

A pesar de las distancias y las grandes diferencias entre el Cervantes y el Titanic, hay algunos puntos de coincidencia sorprendentes: Por una parte, el lujo y la suntuosidad del barco y sus pasajeros. Pero también las dramáticas situaciones  que se vivieron durante el hundimiento, y la muerte de su capitán, que nadie pudo explicar con exactitud.

La Historia del Monte Cervantes

El Astillero que lo construyó fue Blohm & Voss, de la empresa alemana Hamburg Sud (Hamburgs Sudamerikanische Dampfschifffahrt Gesellchaft).
Entre 1922 y 1923  la empresa ordenó al astillero Blohm & Voss la construcción de los “Montes”. Iban a ser embarcaciones destinadas al transporte  de emigrantes, carga y transporte temporario de trabajadores desde la Península Ibérica hacia Sudamérica. Los barcos fueron bautizados con nombres de montañas de Tierra del Fuego:

  • Monte Sarmiento
  • Monte Olivia
  • Monte Cervantes
  • Monte Pascoal
  • Monte Rosa

Todos tuvieron un final poco feliz. Unos fueron desguazados, otros fueron hundidos y el Monte Cervantes descansa aún en las gélidas aguas del Canal Beagle, donde termina la Tierra del Fuego y se empieza a vislumbrar la Antártida Argentina.

El interior del Cervantes estaba diseñado con un confort que nada envidiaba a los barcos de primera línea, con suntuosos salones decorados con estilo, capacidad para 450 personas aproximadamente, una segunda cubierta con más de  200 sillas, salón de fumadores, bibliotecas y salas de lectura totalmente equipadas. Un lujo para la época. A su recorrido original se le habían agregado dos nuevas escalas que lo hacían más seductor: Puerto Madryn y Yendagaia. La estadía en Ushuaia sería de unas 15 horas con la posibilidad de visitar, entre otras,  la misma ciudad, los aserraderos, el Presidio y el Monte Susana. ¡Quién podría imaginar que la estadía en Ushuaia se haría tan traumática y larga!

El último viaje

El Monte Cervantes zarpó desde Hamburgo (Alemania) a fines de 1929 con 1.117 pasajeros y unos 330 tripulantes. El 21 de enero de 1930 atracaba en el Puerto de Ushuaia (Argentina, ver GPS Adjunto) y al día siguiente zarparía hacia la Bahía de Lapataia, específicamente a unas 7 millas náuticas, a la bahía Yendagaia. Lamentablemente, a unas  9 millas del Puerto, se produjo el fatal accidente.

Sobre las distintas versiones acerca de cómo fue, voy a transcribir la conclusión a la que llegaron los diarios alemanes, luego de una investigación realizada en dicho país y teniendo en cuenta la extensa declaración de los tripulantes y la evaluación de los hechos. El siguiente relato fue tomado del libro “Monte Cervantes y el Capitán Dreyer”, Naufragio y muerte en el Sur Argentino, de Adriana Pisani:

“… El capitán Dreyer pretendía pasar por el canal “Les Eclaireurs”. Le recomendó al Segundo Oficial prestar atención cuando marcara  el Faro 140 grados a la derecha y al Monte La Gloche 21  grados, para luego cambiar el curso en el canal. A las  12:35 se divisaron los puntos mencionados, se modificó el curso al sur y a las 12:42 según el mapa se tomaba el curso adecuado… tres minutos después chocaba… a estribor contra una roca debajo de la línea de agua, por lo que el barco se inclinó considerablemente a babor… enderezándose luego. Cuando se liberó de la roca comenzó a hundirse. La máquina se detuvo… Dreyer dijo al Primer Oficial que liberara inmediatamente los botes…”

“… Todos los pasajeros fueron desembarcados en Ushuaia en perfectas condiciones y la mayor parte de sus pertenencias han sido salvadas. Se calcula que en los próximos días se procederá a su reflotamiento… A pesar de todo, las tentativas de hacer zafar al Monte Cervantes no han tenido éxito…”
Casi inmediatamente, otra información dejó a todos con un dejo de tristeza…
”Anoche (23 de enero), siendo las 21:00 horas, el Monte Cervantes se ido vuelta rápidamente sobre estribor dando apenas tiempo para salvar el personal de guardia…Hay que lamentar la desaparición del Comandante Dreyer quien permaneció en el puente de mando hasta el hundimiento de su barco, sumergiéndose con él…”

Otros relatos hablan de un fuerte impacto, crujido de metales y una vertiginosa eslora que hirió de muerte al barco. Algunos datos señalan que se produjo un rumbo de más de veinte metros. Augusto Schwagermann, representante de la compañía de seguros de Hamburgo, expresó:”…el rumbo fue en el fondo del casco sobre la superficie del agua sobresale  el pantoque de proa y del lado de babor la popa y parte del timón

Terrina de Hongos

Aromas de la tierra, profunda frescura de los bosques patagónicos y suave consistencia de espuma son los puntos sobresalientes de este plato regional, ideal para saborear en el otoño que comienza. Esta receta fue extraída de unas de las cartas del servicio de restaurante del Monte Cervantes, es una manera de homenajear a este gigante que visito nuestras tierras mas australes.

Ingredientes
150 g. de hongos secos.
200 g. de champiñones y hongos frescos del bosque.
100 g. de manteca.
1 cebolla picada.
2 escalonáis picadas. O cebollas
5 huevos.
200g  de queso crema.
150 g. de crema de leche.
1 sobre de gelatina sin sabor.
Nuez moscada.

Preparación

Remojar los hongos y picarlos. Cortar los champiñones en láminas gruesas, reservando algunos pequeños enteros.
Rehogar en la manteca la cebolla y las escalonias. Agregar los champiñones y dar unas vueltas. Retirar del fuego. Añadir los hongos, el queso y la gelatina disuelta en la crema. Agregar los huevos, de a uno y revolviendo bien. Finalmente, incorporar una pizca de nuez moscada y salpimentar.
Volcar la preparación en un molde largo y en mantecado. Cocinar en horno mediano, colocando la terrina en baño de María durante 40 minutos. Verificar el punto de cocción pinchando con un palillo. Enfriar a temperatura ambiente

Este articulo fue publicado el 24 Marzo 24Europe/Madrid 2010 a las 8:09 am y esta archivado en ► Sabores ◄. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

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