Jose Mateos Mariscal. Emigrantes en Alemania. Corría el año 2013 la familia Mateos Hernández sale de Zamora (España) a Alemania, la precariedad, los desahucios, el paro de larga duración, obligados por la necesidad a emigrar. Sin dudas, dejar el suelo natal implica adentrarse en una aventura que deviene en grandes pérdidas y maravillosas ganancias, y en donde el impacto cultural es inevitable. Ser extranjero conlleva el enorme desafío de la adaptación, un reto impregnado de enseñanzas y revoluciones internas.
(5 votos, media: 4.2 de 5)
Loading ...
Leandro Mateos Hernandez, agarra su juguete favorito un osito de peluche tuerto y gastado y mira por la ventanilla del avión como tratando de encontrar a través del cristal de la ventana alguna cara conocida.
Eso, junto con el coraje que muestra su rostro, desmiente el miedo paralizante que siente en su interior. Tiene 9 años y nunca ha volado en un avión, nunca ha estado lejos de sus abuelos. Sin embargo, inesperadamente al amanecer de ese mismo día, con un último abrazo rápido y una súplica de ellos que va entre lágrimas: “Sé valiente por nosotros mi niño”.
Se tiene que marchar de su país y dejar atrás a sus abuelos, tíos, compañeros de juegos. Su mundo y el mundo del grupo de niños que lo acompañan en este viaje de la emigración, se transforma para siempre.
Cuando sus pies finalmente tocan tierra, se encuentra en una lugar extraño, con costumbres, idioma y comida diferentes a las que estaba acostumbrado. Al llegar, a Alemania a diferencia de algunos de los otros niños, él no tiene familia que lo reclame, y el anhelo desesperado por su familia y su pedacito de país se intensifica. Pero allí para saludarlo, para afianzar sus pasos, fortalecer su coraje y nutrir su corazón está un integrante de la misión católica española en Remscheid, De Organización de la Oficina Católica de Alemania y que a partir de 1960 supervisó durante años el éxodo más grande y exitoso de emigración española en Alemania dirigida por Monseñor: José Antonio Arzoz Martínez, que nos ayudaría.
Soy Leandro Mateos Hernández. Entiendo esta historia. Yo he vivido una historia parecida. Como muchos de mis paisanos y paisanas españoles, llegué a este país a los 9 años.