Jorge Romero. Después de las fiestas de Navidad o de Año Nuevo, el caos reina en la nevera: recipientes aquí y allá con restos de ingredientes, platos con sobras cubiertos con papel film, quizá algo de asado…

Croquetas caseras
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Los menús de las fiestas siempre son copiosos y, a pesar de los excesos en las comidas y cenas navideñas, no es raro que nos sobren platos sueltos, más un par de bandejas de dulces y mucho pan. ¿Cómo podemos aprovechar todo lo que ha sobrado? ¡Os lo contamos!
El pan
En general, el pan es de lo que mas sobra… en parte, porque es difícil ajustar la cantidad adecuada para un número de comensales al que no se está acostumbrado. La ventaja es que el pan tiene múltiples usos, aunque se haya quedado duro: tostadas con aceite de oliva y zumo para desayunar, picatostes para acompañar un puré de verduras, pan rallado para los empanados, croquetas caseras o escalopes.
Los entrantes y el marisco
Si se han conservado bien en la nevera, pueden ser un acompañamiento idóneo en una ensalada ligera de hortalizas frescas (como el berro o unas lechugas variadas). Los trocitos de marisco aportarán un interesante contrapunto a la ensalada, que puede aliñarse con una vinagreta de naranja o una salsa mayonesa aligerada. Para los más animados, unas empanadillas de salmón, eneldo, mascarpone y nueces o croquetas de marisco.