Por Pedro Félix García García | Noviembre 15, 2018 - 8:57 am - Publicado en Cultura

Vista general de la iglesia románica de Duratón

Vista general de la iglesia románica de Duratón

Pedro Félix García. Pocos conocen esta maravilla. Muy cerca de Aranda de Duero, al norte de la provincia de Segovia, se encuentra la iglesia románica más bella de toda Castilla y León. O, por lo menos, es la que a mí más me ha cautivado por la extraordinaria y abundante riqueza escultórica que la decora.

Entrada al pórtico desde el lado este

Entrada al pórtico desde el lado este

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Duratón es un nombre propio que a todo el mundo le suena a río; al río Duratón. Ciertamente, tienen fama las ‘Hoces del Duratón’. Pero antes de llegar a las famosas Hoces, Duratón también es el nombre de una pequeña localidad segoviana, a cuyo borde discurre el curso medio del río Duratón; sin agua algunos veranos, como en 2017. Es un nombre que hay quien dice que quiere significar ‘Duero pequeño’. ¿Tomó el río el nombre del pueblo, o tomó el pueblo el nombre del río? Río cuyo cauce durante el verano de 2017 permaneció seco en aquel tramo de su curso. Bajo el puente cercano, una poza con algo de agua estancada todavía nos recordaba entonces al líquido elemento y servía para que se refrescase el perro -cuyos ojos son de distinto color- del amable ganadero duratonense que allí cerca cuidaba sus vacas.

Duratón es un pueblo con apenas poco más de una treintena de habitantes, enclavado en una zona muy rica en valiosos y abundantes restos arqueológicos.

Allá, en lo alto de una colina cercana, un grupo de arqueólogos se afanan todos los veranos en un yacimiento romano, del que ya se han descubierto los cimientos de importantes edificios y de sus rampas de acceso, de las termas, del trazado rectilíneo de sus calles,…

Interior del pórtico, con la puerta del este al fondo

Interior del pórtico, con la puerta del este al fondo

Acá, junto a la iglesia de Duratón -imperceptible a simple vista por estar cubierta de maleza-, hay una gran necrópolis visigoda del siglo VI -de las mayores de la Península- en la que se han descubierto más de seiscientos enterramientos, con sus ajuares característicos; completos muchos de ellos.

En el Museo de Segovia se exhiben collares, pendientes, anillos, brazaletes, hebillas, amuletos, monedas, broches, fíbulas…, todos ellos procedentes de esta necrópolis. Fragmentos de mosaicos romanos duratonenses se conservan asimismo en el Museo Arqueológico Nacional.

Y en medio de todo éste tan ignorado como privilegiado paraíso, se halla una de las más hermosas iglesias románicas españolas.

De comienzos del siglo XIII

Es un templo de cabecera semicircular y una sola nave rectangular, la cual mide 18 metros de largo por 9 metros de ancho. Siguiendo la conocida regla no escrita ni tampoco de obligado cumplimiento litúrgico, su orientación es de saliente a poniente; data del año 1203. El techo de la única nave descansa sobre artesonado de madera, mientras que el del ábside lo hace sobre una bóveda de crucería.

Arco lobulado en el acceso meridional al pórtico

Arco lobulado en el acceso meridional al pórtico

Destaca sobremanera su gran galería porticada, cuya parte occidental -que carece de la profusa decoración que exhibe el ala sur-, así como la torre (siglo XVI), son elementos que fueron añadidos con posterioridad. No obstante, a pesar de su relativa ‘modernidad’ -que en absoluto les priva de ser notablemente antiguos-, conviene que miremos hacia arriba y nos fijemos en la belleza constructiva que también luce la citada torre que, a primera vista, provoca en el visitante la sensación de ser la pieza más tosca del conjunto. ¡Cuánto esmero y qué primor en la resolución de las bases de los salientes superiores de la subida al campanario; convexo uno con forma de concha y cóncavo el otro!

La construcción de todo el templo es de cuidada sillería y se encuentra muy bien conservado en general aunque, en ciertas zonas, el deterioro sufrido a lo largo del tiempo ha hecho desaparecer en todo o en parte algunas figuras de las que se esculpieron antaño.

Acceso a la iglesia por la puerta sur

Acceso a la iglesia por la puerta sur

A nivel más bajo que el río

Como suele ser habitual, el ábside consta de un tramo recto y otro semicircular. Cinco pilastras lo dividen por tramos iguales. Amplios arcos de medio punto -con bocel y parejas de columnas adosadas- enmarcan las tres ventanas que permiten pasar la luz del día a la zona interior del altar. Aunque los aleros del ábside apoyan en bellos canecillos labrados, sin embargo, en esta zona, las metopas no muestran dibujos esculpidos; las piedras situadas entre los canecillos aparecen lisas.

Emocionándose, nos aseguraba el dueño del ganado que suele pastar habitualmente por allí cerca, que los días nublados es cuando más bonita está la Iglesia de Duratón; que su piedra luce entonces de un modo peculiar. También nos dijo que la imagen que muestra el cartel informativo -colocado en las inmediaciones- de un supuesto retablo policromado, nada tiene que ver con la belleza que muestran hoy las paredes desnudas del interior del presbiterio.

Lo malo es que cuando el río se desborda, la iglesia de Duratón sufre las consecuencias, porque está asentada a un nivel ligeramente inferior. Según nos contó también nuestro amable informador duratonense, a causa de ello, cuando en 1997, hubo una gran riada del Duratón, sus aguas bravas se desbordaron de su cauce y penetraron a la iglesia. El nivel de las aguas alcanzó -más o menos- hasta donde cambia el color de la pared del muro en el interior del pórtico; llegaron hasta donde comienza a estar pintada esa pared de color más claro.

Acceso a la iglesia por la puerta oeste

Acceso a la iglesia por la puerta oeste

Así que, no siempre el Duratón ha discurrido tan seco como estuvo en el verano de 2017…

Afortunadamente, a mediados de los años ochenta del siglo pasado, esta Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción gozó de una muy acertada restauración bajo la dirección del arquitecto Ramiro Moya. Se evitó el falseamiento de lo antiguo reemplazando las piezas que faltaban por imitaciones modernas, sino que los arcos, capiteles y canecillos reconstruidos muestran bien a las claras su factura reciente.

Galería porticada

La nave del templo propiamente dicho cuenta con dos puertas de acceso, una al sur y otra al oeste; ambas ricamente decoradas con capiteles y columnas. La puerta oeste, más pequeña, presenta una ornamentación más sencilla y más desgastada, aunque todavía en sus capiteles se aprecian claramente aves y arpías.

No sufra porque no pueda ver esta iglesia por dentro. Hace unos cuantos años sí que podíamos encontrar en el pueblo a una señora -que tenía la llave- dispuesta a enseñársela a los pocos viajeros que así se lo pedían. Hoy ya no es posible. Pero tampoco importa mucho, porque con la iglesia de Duratón ocurre como con las manzanas: la vitamina está en la piel. Aquí, el exterior ofrece motivos más que suficiente para permanecer allí horas y horas contemplándolo extasiados.

Capitel de la Natividad

Capitel de la Natividad

La galería porticada que da al sur, quizá es la parte más notable del conjunto. Consta de diez arcos -agrupados seis a la parte del poniente y cuatro a la del saliente-, rematados por capiteles ricamente decorados y apoyados todos ellos sobre dobles columnas. Separando ambos grupos hay un llamativo arco lobulado de mayor tamaño, situado frente a la puerta principal del templo.

Sería imperdonable que el viajero no contemplase con suma atención muy detenidamente la bellísima y cuidada decoración esculpida en todos y cada uno de los capiteles, excepto en el situado más al oeste, que está liso. Esto es porque ese capitel es de factura muy moderna; fue reconstruido -como hemos dicho- en los años ochenta, época en la que toda esta iglesia fue objeto de una laboriosa restauración. Entre otras tareas, se despejó de tierra y maleza todo el terreno que ocupa el enlosado que discurre paralelo al pórtico; se derribó una sacristía adosada que ocultaba el arco de acceso a dicho pórtico por el éste, etc, etc…

Exuberancia decorativa

Al contrario que la sencilla decoración geométrica que muestra una de las tres arquivoltas del arco lobulado, en cambio la cornisa del pórtico a lo largo de toda su cara meridional, rebosa de abundante decoración de variada y brillante temática, no sólo en sus canecillos, sino también en sus metopas, siendo también digna de admirar la bella cenefa del alero del tejado del templo así como las de todos los canecillos sobre los que apoya.

Dromedario en la metopa izquierda de la imagen

Dromedario en la metopa izquierda de la imagen

Particularmente interesantes son los capiteles dedicados al Nacimiento del Niño Jesús y a la Adoración de los Reyes magos.

En el primer caso, el relato iconográfico ofrece algunos pormenores extraídos de los evangelios apócrifos, con la Virgen tendida en actitud de parto, acompañada de dos parteras. El buey y la mula acompañan al Niño tendido en un pesebre mientras por encima dos ángeles -uno de ellos con el incensario- glorifican su venida. En este capitel también podemos contemplar un par de pastores vestidos con capas provistas de capuchón, posiblemente a la usanza popular de la época en que se esculpieron.

Contrastando con la adoración de los pastores, que tratan de representar la enseñanza catequética de la preferencia de Dios hacia las gentes humildes, dos Reyes magos -a caballo en este caso, contra lo que estamos acostumbrados a verlos representados a bordo de camellos- parecen mirar hacia la estrella que les ha guiado hasta allí.

Detalle de la torre campanario

Detalle de la torre campanario

En la rica escenografía de los capiteles del pórtico de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Duratón, hay profusión de escenas representando temáticas vegetales, aves de delicado plumaje, machos cabríos rampantes, arpías de exquisita factura, bestias derrotadas por caballeros, actividades laborales cotidianas, banquetes, caballeros a caballo portando halcones, centauros, grifos,…

Otros relieves representan escenas alusivas a las faenas agrícolas y ganaderas, como la de la poda de la vid o un pastor con una oveja. Sorprende que haya esculpido un dromedario en una de las metopas de la zona sur del pórtico, animal casi desconocido por entonces en estas latitudes, pero sí muy familiar entre la población musulmana, lo que, junto con al arco lobulado situado a la altura de la puerta principal de acceso al templo, nos indica que también intervinieron artistas mudéjares en la ejecución de este templo.

A poco más de media hora de Aranda

A 113 kilómetros de Madrid, Duratón está muy cerca de Aranda de Duero, de Boceguillas y de Sepúlveda. Para llegar a Duratón habremos de abandonar la autovía A-1 en Boceguillas y, desde allí dirigirnos por la carretera SG-232 hacia Sepúlveda. Tras pasar un curioso y muy visible ‘Intercambiador de viajeros’ situado al borde de la carretera, vayamos a partir de ahí muy atentos porque a los pocos kilómetros, en medio de un tramo recto y llano, en un cruce con prioridad para nosotros, unos pequeños y casi imperceptibles indicadores que parece que pretenden pasar desapercibidos -por eso es por lo que recomendamos ir tan atentos- nos anunciarán más mal que bien que, hacia la derecha se va a la localidad de El Olmillo, y a la izquierda a la de Duratón.

En el verano de 2017 el Duratón estaba por aquí sin agua

En el verano de 2017 el Duratón estaba por aquí sin agua

A partir de esa intersección mucho cuidado de nuevo, porque la calzada es bastante estrecha y con puentes carentes de pretiles situados en plenas curvas muy pronunciadas, que deberemos abordar despacio, siempre prevenidos de que pueda aparecérsenos otro vehículo en sentido contrario; que a veces puede ser un enorme autobús de viajeros -repleto de amantes del arte-, que también se hayan desplazado expresamente para ver la iglesia que hoy nos ocupa. Cuidado también ante la posible aparición repentina de corzos; muy abundantes últimamente en toda la región.

De repente, a nuestra izquierda, en una leve hondonada, -imposible no verla-, surgirá la iglesia románica de Duratón, que se encuentra aislada en pleno campo, aproximadamente a medio kilómetro antes del pequeño núcleo urbano. Hay allí una pequeña explanada en la que podremos aparcar nuestro coche; si es que no hay otros que hayan ocupado ya el terreno. Hay muy poco sitio para poder estacionar vehículos.

La paz y la serenidad más absolutas reinan en aquel lugar.

¡Y tenemos esta maravilla a poco más de media hora de Aranda!


Este articulo fue publicado el 15 Noviembre 15Europe/Madrid 2018 a las 8:57 am y esta archivado en Cultura. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

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