Por Redacción | Julio 10, 2025 - 7:59 am - Publicado en Salud

Redacción. Con la llegada del calor, nuestros hábitos cambian. Pasamos más tiempo al aire libre, viajamos y comemos fuera con más frecuencia. Aunque el verano es sinónimo de ocio y descanso, también puede traer consigo riesgos para la salud si no tomamos ciertas precauciones.

Desde quemaduras solares hasta infecciones o golpes de calor, estas son las dolencias más comunes del verano y cómo prevenirlas.

Quemaduras solares. La exposición prolongada al sol sin protección puede causar lesiones en la piel y aumentar el riesgo de cáncer cutáneo. Usa protector solar con factor alto, evita el sol entre las 12 y las 16 h y protege a los más pequeños con gorros y ropa ligera.

Trastornos digestivos e intoxicaciones alimentarias. Las comidas fuera de casa y las altas temperaturas pueden favorecer la aparición de diarreas, indigestiones o intoxicaciones alimentarias. Consume alimentos bien cocinados, evita los sitios poco higiénicos y mantén la cadena de frío.

Otitis. El agua estancada en los oídos tras un baño puede favorecer infecciones. Sécate bien después de nadar y usa tapones si eres propenso a estas molestias.

Cistitis. Cambiarse el bañador mojado cuanto antes y beber abundante agua son claves para evitar esta molesta infección, más frecuente en mujeres durante el verano.

Infecciones fúngicas. El sudor, el calor y la humedad favorecen los hongos en axilas, pies e ingles. Usa calzado en duchas públicas, seca bien la piel y elige ropa transpirable.

Conjuntivitis. El cloro de las piscinas y las aguas contaminadas son enemigos de la salud ocular. Usa gafas de natación y evita compartir toallas o maquillajes.

Picaduras de insectos. Mosquitos y otros insectos están más activos en verano. Usa repelente, evita el agua estancada y protege la piel al amanecer y al atardecer.

Deshidratación. El calor incrementa la pérdida de líquidos. Bebe agua regularmente, incluso sin sed, y consume frutas ricas en agua como sandía o melón.

Golpe de calor. El exceso de sol o esfuerzo físico en horas de máximo calor puede derivar en una emergencia médica. Evita el sol en las horas centrales, busca sombra y viste ropa ligera.

Verrugas plantares. El contacto con suelos húmedos en duchas o piscinas puede provocar estas molestas lesiones. Usa chanclas y mantén los pies secos.

Infecciones respiratorias. Los cambios bruscos de temperatura entre el exterior y los interiores climatizados pueden causar faringitis o bronquitis. Modera el uso del aire acondicionado y evita corrientes de aire directas.

Precaución sin renunciar al disfrute

El verano es una estación para vivirla intensamente, pero también con cabeza. Cuidar la alimentación, protegerse del sol, mantener la higiene y evitar excesos son claves para disfrutar de unas vacaciones saludables. Y si surge algún imprevisto, contar con asistencia médica rápida, especialmente si estamos de viaje, puede marcar la diferencia.


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