Redacción. Con el corazón pesado pero lleno de gratitud, ayer domingo, la comunidad artística y los habitantes de Aranda de Duero se despidieron de un talento excepcional y una figura querida en la localidad. Luis Haro de Pablo, un escultor cuyo corazón latía con la pasión por el arte, dejó este mundo a la edad de casi cien años, dejando atrás una herencia artística que perdurará en el tiempo.
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Aunque nació en Montejo de la Vega de la Serrezuela en 1923, fue en Aranda de Duero donde encontró su hogar en 1962. Durante más de seis décadas, Luis Haro de Pablo dejó una huella imborrable en la ciudad, forjando su legado como un artista comprometido con su independencia creativa y una voz única que resonará a lo largo de los años.
Desde sus primeros días, Haro de Pablo surgió un valiente espíritu de innovación. Fue pionero en explorar la talla de madera, compartiendo su destreza a través de talleres en el Centro Cívico Virgen de las Viñas. La comunidad de Aranda fue testigo de su evolución artística a través de exposiciones memorables, como las realizadas en la Casa de Cultura de Aranda en 2010, en el Centro Cultural Caja de Burgos en años anteriores y en la sala Plaza Mayor de Caja Círculo en 2008 .
Uno de los hitos más significativos en su carrera fue la creación de una escultura en piedra que homenajeaba a los vendimiadores en 2013. Aunque el proceso comenzó con una modesta prueba en madera, no fue sino hasta décadas después que Luis empleara la piedra como su material escultórico definitivo. Esta elección no solo presentó desafíos técnicos únicos, sino que también simbolizó su compromiso con la durabilidad y la eternidad de su obra. En este punto, su trabajo se convirtió en una danza entre la mente del artista y la resistente piedra, donde cada golpe del cincel estaba impregnado de su pasión y visión.
La culminación de esta transformación artística se encuentra en una obra monumental que adorna los jardines de la Avenida El Ferial en Aranda de Duero. Este lugar, en frente de lo que alguna vez fue la Casa de la Juventud, ahora se enriquece con una pieza que encarna la dedicación, la perseverancia y la maestría de Luis Haro de Pablo. La escultura en piedra, un homenaje a los vendimiadores, no solo captura la esencia de la labor humana en los viñedos, sino que también simboliza su compromiso con la comunidad y su pasión por celebrar la vida y el trabajo de aquellos que dieron forma a la identidad local.
Luis Haro de Pablo, que tu legado inspire a las generaciones venideras a abrazar la creatividad, la perseverancia y la pasión por el arte. Descansa en paz, sabiendo que tu huella en la comunidad y en el mundo del arte perdurará por siempre.
Este articulo fue publicado el 14 Agosto 14Europe/Madrid 2023 a las 7:08 am y esta archivado en Gente nuestra. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.