Por Antonio Adeliño Vélez | Septiembre 9, 2020 - 8:12 am - Publicado en Cultura

Antonio Adeliño Vélez. La rara circunstancia de la celebración de la novena en honor de la patrona de Aranda de Duero en la Iglesia de Santa María, en vez de hacerlo en su ermita por la pandemia del coronavirus; nos ha permitido contemplar y casi tocar la réplica de la imagen de la Virgen de las Viñas, colocada en un dosel muy coqueto en el presbiterio del templo arandino.

Virgen de la Mano Grande

Virgen de la Mano Grande

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De todos es conocido que la actual imagen de la Virgen de las Viñas de Aranda de Duero que vemos de pié, vestida con diversos trajes y entronizada en la hornacina del retablo de la ermita del monte Costaján; es el resultado de la transformación de una talla sedente a la que se colocó un pedestal para que alcanzase la altura deseada y pudiera lucir el vestido donado por la reina Margarita de Austria, en la primera década del siglo XVII.

El responsable de aquel despropósito artístico, mutiló a golpe de hacha la estética original de la talla labrada a finales del siglo XIII; donde la Virgen estaba sentada en un sitial, acomodada sobre un cojín policromado con bordados arabescos, y con el niño Jesús en actitud de bendecir, sentado en la rodilla izquierda de la Virgen.

Al acondicionarse el sótano existente bajo el camarín de la Virgen en el ábside de la ermita, y recuperarse este trastero como cripta del santuario; se estimó con buen criterio que este espacio, lo presidiera la Virgen titular y que se adornaran sus paredes con murales de cerámicas que relatasen su legendaria historia. Para tal fin, se encargó una réplica de la imagen gótica, que recuperase los elementos perdidos y cuya fábrica respondiera al estilo y policromía propia de las tallas de su época, conservadas en la comarca ribereña y en el Obispado de Osma, al que perteneció Aranda de Duero. La imagen fue tallada por el escultor-restaurador Luis Cristóbal Antón y los murales de cerámica son obra de Miguel Martínez Delso.

Aprovechemos la ocasión para admirar con detenimiento esta bonita imagen de la Virgen de las Viñas, que como se ha dicho es una réplica de la talla original, y aunque para gustos están los colores, yo afirmo que es una preciosidad.


Este articulo fue publicado el 9 Septiembre 09Europe/Madrid 2020 a las 8:12 am y esta archivado en Cultura. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

4 Comentarios

  1. Septiembre 9, 2020 @ 8:57 am


    Siempre es interesante conocer la historia que se encierra en las decisiones humanas. A mi, me hubiera gustado que se hubiera restaurado la talla original y haber encargado una imagen nueva para ser vestida. Pero también es intersante contar con una réplica para enterder mejor los gustos de cada época.

    Escrito por Fermín
  2. Septiembre 9, 2020 @ 10:00 am


    Excelente artículo, siempre nos descubre curiosidades que si no nos las articulizas, no sabríamos nunca los motivos
    o sus orígenes. Gracias D. Antonio.

    Escrito por Juanito
  3. Septiembre 9, 2020 @ 10:49 am


    Muy bien, Antonio.

    Escrito por Loli
  4. Septiembre 12, 2020 @ 5:41 pm


    Es curioso. El pueblo llano pone nombre a las imágenes sin encomendarse a Dios o al diablo. A la Virgen de la ermita, la llaman la Virgen de los trajes. A la de la ofrenda floral, la Virgen pequeña, y a esta réplica la Virgen de la mano grande. El pueblo llano es muy sabio.

    Escrito por Victor

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