Redacción. Este mes en la sección de La Cocina de Aranda de Duero de afuegolento.com, desde nuestra redacción hemos querido rendir un pequeño homenaje al restaurante Chef Fermín y, por ende, a toda la familia Salinero González por la labor realizada durante décadas en nuestra gastronomía local… y nacional.
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Un 2 de julio de 1.983 abría sus puertas el restaurante, Chef Fermín. Sus gerentes, Fermín Salinero y María Jesús González apostaron desde ése primer momento por realizar al público una oferta culinaria propia, distinta… “de autor” que pronto logró cautivar al público arandino y ribereño. Apostar por una cocina de neta inspiración francesa y convertir ¡al pato! en insignia culinaria en una tierra en la que el cordero lechal es el auténtico rey no debió resultar tarea fácil. Afortunadamente, y gracias al innegable talento y a la perseverancia de Fermín y María Jesús, hoy podemos disfrutar de una cuidada carta en la que los foies, confits, cremas, tartas y su célebre repostería conforman una oferta gastronómica difícil de superar.
Veintiséis años después, y ya jubilados sus fundadores, la cocina del Chef Fermín recibe una renovada continuidad gracias a la labor del Chef Santiago Alcalde González, forjado en los fogones del emblemático restaurante y que cuenta con una amplia trayectoria profesional por algunos de los más acreditados restaurantes de la región.
Gracias a la labor de Santiago, la carta que hizo célebre al Chef Fermín mantiene intacta su calidad y vigencia viéndose, también complementada gracias a la contundente maestría del Chef con géneros como el pescado ó las carnes.
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Restaurante Chef Fermín, Avda. Castilla 69, Aranda de Duero.
Este articulo fue publicado el 26 Agosto 26Europe/Madrid 2009 a las 8:03 am y esta archivado en Gente nuestra, Viña y fogón. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.
Gracias por todo MAESTRO, en mi nombre y en el de todas aquellas personas que disfrutamos de tu inmenso talento. Nos quedan pendientes, y lo sabes, ésas cocochas al azafrán que - ahora lo confieso - no pretendía (en absoluto) aprender a cocinar, simplemente… por que hacerlas como tú es - y será - imposible. En realidad no era más que una burda escusa para volver a disfrutar, una vez más, de tu genialidad y de tu simpatía. Gracias Santi. Gracias por todo.