Por José Mateos Mariscal | Junio 25, 2020 - 7:49 am - Publicado en Es Noticia

Jose Mateos Mariscal. Algo así decía una vieja y pegadiza canción que todos recordamos: «no soy de aquí ni soy de allá». Para tararearlo está muy bien y a lo mejor suena hasta simpático, pero sufrirlo en carne propia debe ser otro cantar, nunca mejor dicho. Porque no sentirse realmente de ningún sitio es, en definitiva, no contar con un asidero firme al que poder agarrarte con confianza, con la sensación de tener pleno derecho para hacerlo. Es el desarraigo. Una de las situaciones más demoledoras en que se puede encontrar una persona.

MejorableAceptableBuenoMuy BuenoExcelente (13 votos, media: 5 de 5)
Loading ... Loading ...

Ser emigrante es: desempeñar trabajos por debajo a las capacidades y estudios realizados, tener dificultades para conseguir, vivienda o trabajo, no dominar el idioma, tener problemas laborales, no tener contrato de trabajo,no tener apoyo psico-social, no tener seguro de salud y/o temer ser deportados, va a ser muy estresante y por será mucho más difícil adaptarse. Nosotros los Emigrantes vivimos en un estrés continuo, social y ambiental. Al no tener un sistema de apoyo adecuado, nuestro sistema nervioso central se ve afectado, produciendo angustia, depresión, rabia, culpa, desespero, confusión, aislamiento, insomnio, dificultad de concentración e irritabilidad.

Uno de los principales obstáculos culturales es, en el idioma y aquí también depende del lugar desde donde se emigra.

Hola, soy José Mateos Mariscal , mi familia y yo emigramos a Alemania desde un país de cuyo nombre no quiero acordarme, por las razones que más adelante se entenderán. Lo que sí diré es que no es un país “cualquiera” sino un país muy marcado, siempre presente en las noticias, y no solo en las noticias de migración. Todos los países deberían ser cualquier país ¿no?, es decir una región con gente amable y menos amable, con determinada historia, recursos, problemas. Pero no es así. Está claro que, a los ojos de la gente, y no digamos de los gobiernos, hay países y países, de primera, segunda, tercera y hasta de cuarta división.

Aún recuerdo la primera vez que tuve que ir a una tienda y estaba completamente sólo , fue una situación traumática (sin querer exagerar).

¿Para qué sirve la migración? Por qué migramos desde siempre buscando horizontes cada vez mas lejanos? Por qué razón no nos satisface lo que tenemos aquí y ahora? Inconformistas, culpamos de toda frustración, a nuestro entorno. Y los mas corajudos, osados y valientes, no conformes con su presente, deciden aventurarse. Si supiéramos, que al final del camino, estaremos sólo nosotros mismos esperándonos, un poco más desnudos, más auténticos y más lucidos, tendríamos el coraje para iniciar ese recorrido? Quizás no. Porque siempre es doloroso. Quizás si. Porque puede ser liberador.

Vive el emigrante en una constante ensoñación diurna, tratando de liberarse del presente. Va demacrándose, encorvándose, las paredes del cuartucho o de la barraca, desnudas, ocres, rezuman humedad y silencio. Se le caen encima. La familia y las monstruosas jornadas de trabajo le sumen en la angustia. Le sumen en la soledad. Una soledad desesperada que los lleva a llorar al borde de las cartas. La añoranza morriña es una espina enorme que se clava en el corazón solitario, que escuchamos la radio, cada domingo por la tarde los goles que nadie se esperaba y se destruyen los sueños fáciles de la quiniela, los sueños largos de la esperanza puesta en lo más improbable. Luego está la taberna. Los amigos frustrados igualmente Las largas esperas de la vida. Las tardes grises, plomizas, silenciosas del domingo. La súbita desgana de vivir. El desahogo comprado de unos minutos de amor falso. Los complejos de culpa. La conciencia intranquila, como acusándose a sí mismo.

Los que migramos y atravesamos fronteras, necesitamos ponerle palabras a esas odiseas, aventuras, experiencias y desgarros que vivimos, porque este viaje es una espiral iniciática enloquecedora de búsqueda permanente y pérdida incesante de la identidad. Nos vamos, nos perdemos, nos encontramos, nos evitamos y nos volvemos inevitablemente a encontrar, feroz y crudamente. Porque migrar es un viaje hacia uno mismo del que nadie escapa, y ya no hay vuelta atrás

Mi hogar es donde esté mis amigos , me siento dividido entre ambos, cuando me preguntan qué prefieres, no puedo responder sencillamente porque son amores diferentes, por dentro tengo dos hogares, uno donde está la cuna que me vio nacer y el otro donde mis raíces se han arraigado. Soy Migrante.


Este articulo fue publicado el 25 Junio 25Europe/Madrid 2020 a las 7:49 am y esta archivado en Es Noticia. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

1 Comentario

  1. Junio 25, 2020 @ 8:31 am


    Se dice aquí que migrar es aceptar trabajos por debajo de las capacidades y estudios realizados. Y me pregunto: ¿Porqué alli sí y aquí no?. En España nadie quiere coger fruta, ni vendimiar, ni atender granjas, ni trabajar de peón de obras. La “titulitis nos ha matado”. Yo antes de conseguir una plaza de empleado público, trabajé en el campo, sacando remolocha, vendimiendo y en mil tareas más. Trabaje de peón de albañil con frío y calor, y me gane la vida sin pensar en mi diploma. La vida es muy dura para todos, y el que quiere progresar tine aquí muchas oportunidades si se olvida de su título.

    Escrito por Fermín

Escribe un comentario

Nota: Los comentarios de nuevos usuarios son revisados por el moderador antes de publicarse.