
Fotografía: Javier Marqués
Redacción. Los actuales requisitos laborales y familiares han provocado que nuestro esquema vacacional se reparta ahora a lo largo de todo el año y se concentre en periodos de tiempo, muchas veces, inferiores a una semana. En éstas circunstancias el turismo rural se convierte en la solución ideal para reponer fuerzas y retomar nuestra actividad con renovados ánimos.

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Para conocer algo más de ésta atractiva forma do ocio y descanso, nos hemos desplazado hasta la emblemática localidad de Peñaranda de Duero, dónde hace apenas un mes, abrió sus puertas el Centro de Turismo Rural “El Refugio de Don Miguel“.
El establecimiento ofrece al visitante una interesante conjunción entre modernidad, sofisticación, estilo… y tradición, todo ello aderezado con el toque personal de Luis, en la cocina, y Eugenia (fotografía lateral), convirtiendo nuestra estancia en una experiencia inolvidable. El Refugio de Don Miguel cuenta con un aforo total de 79 personas: 25 en régimen de alojamiento dentro del Centro de Turismo, 32 comensales en el Restaurante y 22 en el Bar/Cafetería.

Comodidad, accesibilidad y…. buen yantar.
La creatividad de Eugenia, ha permitido dotar al “Refugio de Don Miguel” de una atmósfera, tranquila, acogedora e incluso estimulante. La decoración apuesta por mantener el estilo clásico castellano (de hecho se han recuperado muchos elementos ornamentales antiguos) sin renunciar a un acertado toque de sofisticación.
El establecimiento cuenta con los últimos avances tecnológicos para ofrecer al visitante el mayor grado de confort posible: ascensor con acceso a todas las plantas, climatización individual en todas las habitaciones (regulable por el propio cliente) e incluso un servicio de conexión a Internet WiFi de última generación en la totalidad del edificio, totalmente gratuito.

El Centro incluye también una Sala de Reuniones dotada con todo el material necesario (pizarras, proyectores… etc.) y la que es, sin duda, una de las “joyas de la corona”: su espectacular Bodega subterránea (imagen lateral) en la que cobrarán protagonismo los grandes caldos de la Ribera del Duero, (e incluso, algunos de elaboración artesanal) en interesantes catas didácticas (mínimo 8 participantes).
Otra de las grandes apuestas de éste Centro de Turismo rural es la accesibilidad. En el Refugio de Don Miguel se han suprimido por completo las barreras arquitectónicas para que las personas con discapacidad puedan hacer uso de todas las instalaciones sin mayores dificultades: entrada especialmente habilitada, habitación completamente adaptada y equipada, ascensor… etc.
La Cocina es, sin duda, otro de los grandes atractivos de éste establecimiento. Y es que, al frente del apartado gastronómico, encontramos al reputado Chef Luis Mateos Cuesta, un reputado referente en Cocina Tradicional Castellana, que ha sabido aunar lo mejor de la Gastronomía clásica con un cuidado enfoque innnovador que, no lo dudamos, hará las delicias del más exigente de los comensales.
Un entorno de privilegio, como es Peñaranda de Duero, un establecimiento que conjuga el encanto de la tradición con las comodidades propias de nuestro tiempo, y un exquisito trato personal (signo distintivo del Refugio de Don Miguel), que convierten a esta propuesta en “ineludible” para todos aquellos que deseen convertir una estancia vacacional en una experiencia sublime.

El Refugio de Don Miguel, Boticas 21 (Junto a la Botica). Peñaranda de Duero
Este articulo fue publicado el 3 Agosto 03Europe/Madrid 2010 a las 9:56 am y esta archivado en Gente nuestra. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.
comida casera muy buena
el trato con los dueños inmejorable diez sobre diez agustin 10-4-11
La sobremesa junto al alquimista de la cocina llamado Luis, con el que mantuvimos una agradable conversación………
Un lugar de trato familiar al cual he puesto en uno de los primeros lugares dentro de mi lista de futuras visitas………
Gracias al gran equipo de personas que atienden esta casa rural.
Nos veremos pronto seguro.
Gran gastronomia muy buen vino y un trato excepcional.
Mi gran sorpresa es que me persone el día 3 en el hotel y NO CONSEGUI NI ENTRAR, estaba todo cerrado a cal y canto, me cansé de llamar a la puerta y no se oía nada ni nadie abrió. Me parece una irresponsabilidad y una desatención total e incomprensible, para un establecimiento hotelero en que debe imperar una recepción adecuada y necesaria. Tuve que buscarme otro hotel para conseguir alojamiento ya que me había desplazado desde Madrid y como es lógico no tenía sentido volver.
Quiero hacer constar que yo me animé a reservar este Hotel por la opiniones que vi de él y por las fotos que de él se publican, pero no pienso volver y es más no se lo recomiendo a nadie por tiene una pésima organización para las reservas y por supuesto una recepción hotelera inexistente.
Siento dar esta opinión pero es la experiencia que he tenido con este Hotel.