Redacción. Tras 45 días de trabajo, el equipo de investigadores dirigidos por el catedrático de la Universidad de Valladolid (UVa) Manuel Rojo Guerra ha concluido la campaña de excavación 2020 en el dolmen El Pendón, ubicado en el entorno de Reinoso (Burgos).

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Además de cumplir los objetivos previstos para este año, el equipo ha descubierto distintas evidencias arqueológicas que plantean nuevos enigmas y preguntas de investigación que tendrán que resolverse en futuras intervenciones.

Manuel Rojo Guerra avanza algunas de estas incógnitas, que de confirmarse pueden amentar la ya notable importancia del monumento. “El área de osario parece extenderse más allá del espacio que, en un principio, se le suponía. De este modo, la cámara funeraria podría tener, en origen, unas dimensiones bastante más amplias que en la actualidad, por lo que podríamos encontrarnos ante una de las cámaras funerarias megalíticas más grandes de la provincia de Burgos”, asegura.

Por otro lado, han recuperado los restos de, al menos, un recipiente cerámico completo que habría sido depositado en uno de los lados de la entrada a la cámara funeraria, en un momento previo al bloqueo de la misma. “Es una evidencia directa de la implementación de prácticas de comensalidad que formarían parte del complejo proceso de transformación y clausura del dolmen”, detalla.

Del mismo modo, el equipo ha documentado nuevas evidencias relacionadas con el proceso de desmantelamiento y reconfiguración de la estructura megalítica, protagonizado por la disposición de varios bloques de una piedra arenisca muy poco consistente a lo largo de buena parte del trazado del corredor. Podría tratarse de la evidencia de una nueva configuración del espacio interior del monumento, en un momento posterior al de su construcción.

Asimismo, han obtenido nuevos datos acerca del perímetro exterior del túmulo que permitirían llegar a saber con bastante exactitud, en el futuro, cuáles fueron sus dimensiones originales.

Otra de las sorpresas de esta campaña ha sido la recuperación de materiales y estructuras arqueológicas -como una moneda del s. XVI o un recrecimiento de la estructura tumular que podría haber tenido lugar entre finales del s. XIX e inicios del s. XX- que remiten a momentos de ocupación del lugar que, hasta ahora, no se habían documentado, “lo que enriquecería la ya rica biografía de este excepcional monumento megalítico”, afirma el responsable de la excavación.

Objetivos cumplidos

Al comienzo de la campaña, el pasado 1 de julio, el equipo se marcó una serie de objetivos específicos que, tras 45 días de intenso trabajo, se han cumplido de manera “más que satisfactoria”.

Rojo Guerra explica que se ha completado la documentación de la que, consideran, es la última planta del primer nivel de osario. Además, se han registrando detalladamente todas las evidencias de posibles manipulaciones esqueléticas y otras prácticas rito-funerarias, así como las pautas de acceso al sepulcro por sexo y edad.

También han podido contextualizar con mayor precisión el nivel fundacional y de preparación del horizonte sepulcral, así como la cronología de la fase de construcción del dolmen. “Se ha documentado detalladamente la composición interna de la estructura tumular y se han obtenido nuevas evidencias arqueológicas que corroboran el evento de desmantelamiento de gran parte de su estructura en época prehistórica”, concluye.

Una apuesta por la divulgación

Paralelamente, el equipo ha apostado por la puesta en valor, la promoción y la divulgación del dolmen de El Pendón, con el objeto de transmitir el significado y la relevancia histórica y patrimonial de este monumento, que se ha consolidado como seña identitaria del municipio de Reinoso.

De esta forma, se ha puesto en marcha un diario online de las excavaciones, con multitud de imágenes e información detallada de todos los trabajos, que ha podido seguirse en las redes sociales y en la plataforma de divulgación científica DiCYT, con el hashtag #DiarioDelDolmen, en una apuesta por la innovación digital en la difusión del patrimonio.

Además, se organizó una visita institucional el pasado 7 de agosto con el Director General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, Gumersindo Bueno, junto con otras autoridades. Ese mismo día, se celebró un concierto al aire libre en los alrededores del dolmen a cargo del dúo de música étnica DJARA DJARA, cumpliendo con todas las medidas de seguridad y distanciamiento social. Un momento mágico al anochecer al que acudieron numerosos habitantes de Reinoso y visitantes.

Finalmente, en la segunda planta de la torre de la iglesia de San Andrés se ha instalado una maqueta de este dolmen de 25 metros de diámetro y cerca de tres de altura en el que se ya han localizado cerca de 12.000 restos humanos. Para que vecinos y visitantes puedan vislumbrar cómo pudo ser el dolmen en su origen y compararlo con su estado actual, la maqueta ambienta y reconstruye el monumento original y también su situación en el presente.

Hasta el momento, los investigadores han podido constatar dos momentos de utilización del dolmen: un primero de cronología neolítica, que se corresponde con la fase de construcción del mismo, en el que se utilizó como sepulcro; y un segundo ya a inicios del periodo calcolítico, en el que se ha documentado un complejo proceso de remodelación y clausura que tuvo como resultado la completa transformación del monumento, que pasó a convertirse en lugar ceremonial.


Este articulo fue publicado el 28 Septiembre 28Europe/Madrid 2020 a las 8:21 am y esta archivado en Cultura. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

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