Por Jorge Romero | Febrero 19, 2021 - 8:57 am - Publicado en Viña y fogón

Jorge Romero. Uno de los alimentos que más se consume en los hogares es el yogurt. Es el complemento perfecto para el desayuno, el postre tras una buena comida o el tentempié para la merienda.

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Tenemos la suerte de que en el mercado se pueden encontrar todo tipo de opciones, texturas, sabores y otros elementos, con los que podemos decorarlos, como trocitos de chocolate, cereales o frutas que hará del yogurt la mejor experiencia.

Hoy toca hacer yogures con fruta fresca y de temporada ¿Te quedas con nosotr@s? Venga, pues a ello!

Elaborar un yogur casero

Tenemos que empezar diciendo que el yogur se consigue transformando la leche con ayuda de unas bacterias y un poco de calor. La idea es conseguir una fermentación controlada, que permite que la leche se coagule, formando un producto cremoso, con un alto valor nutricional. Una vez formado el yogur, hay que conservarlo en la nevera, ya que, a diferencia de los yogures industriales, tiene un periodo de conservación relativamente corto (una semana). La temperatura ambiente haría que siguiese fermentándose y se echase a perder.

El yogur se puede elaborar solo con leche (para obtener los llamados “yogures naturales”) o es posible aromatizarlo durante su preparación, dando lugar a un sinfín de sabores y texturas según el gusto personal: desde los sabores más frescos, con frutas, hasta los más dulzones con aromas como la vainilla, con galletas o hasta con chocolate.

Para elaborar cuatro vasitos de yogur natural se necesitan unos 65 gramos de yogur natural y cremoso (aquí es donde están las bacterias que ayudarán a fermentar la leche), medio litro de leche natural (puede ser de oveja o de vaca, mejor entera o semidesnatada) y una cucharada de leche en polvo. Si se quiere agregar algún aroma frutal, se pueden triturar unas cuantas fresas, un plátano o frutos del bosque (como frambuesa); lo importante es que sea fruta madura y en buenas condiciones.

Antes de comenzar la elaboración es recomendable tener un termómetro de cocina (los hay muy económicos por no más de 10 euros), para controlar la temperatura de la leche.

Se calienta la leche con la cucharadita de leche en polvo sin que llegue a hervir. Cuando está humeando (a unos 90 ºC), se saca del fuego, se deja que se temple y baje a una temperatura de 50 ºC, para que el calor de la leche no mate las bacterias del yogur. Si no hay termómetro, la temperatura sería la de poder tocar la leche sin quemarse. Se agrega el yogur natural y se remueve para que se integre a la perfección. Se vuelca la leche en unos recipientes individuales de vidrio o de barro, a los que luego se puede ponerle tapa, se remueve de forma suave y se tapa con un trapo de cocina (para que no se produzca condensación) durante cuatro horas.

Transcurrido este tiempo, se tapa de manera individual cada tarro con una tapa o papel film o de aluminio. Se cubren los botes para que guarden calor continuo de unos 25 ºC, se envuelven con varios trapos de cocina y se dejan reposar en un lugar templado durante seis horas. Después de este tiempo, la leche habrá fermentado y se habrá obtenido el yogur casero. Cuando esté cuajado de forma uniforme, se introduce en el frigorífico y ya se puede consumir a lo largo de esa semana.

Frutas y sabores

Elaborar yogur es muy sencillo. Y agregarle sabor y texturas de fruta tampoco es complicado: tan solo hay que elegir la fruta y probar a mezclar con la base de yogur.

Si se quiere hacer el yogur con frutas se tienen varias opciones para darle sabor y aroma, utilizando mermeladas, confituras o fruta fresca madura.

  • Para usar frutas frescas, se pelan, se retiran las semillas y se pasan por la licuadora o por la batidora hasta formar un ligero puré. Se agrega el puré de frutas (o la mermelada y confitura) a la mezcla del yogur cuando todavía está templada.
  • Los yogures de frutas más apetecibles y que dan mejor resultado son los que contienen frutas con una pulpa carnosa, sin excesivo contenido en agua y con un alto contenido en fructosa en su madurez. Entre ellas están las fresas, el melocotón, el plátano, el kiwi y los albaricoques, además de los llamados frutos del bosque como moras, arándanos y frambuesas.
  • No solo se conseguirán yogures de frutas añadiendo su pulpa triturada sino que también se pueden agregar trocitos de frutas frescas enteras, con lo que se obtendrá un yogur muy saludable y rico en fibra dietética.
  • El yogur natural tiene un sabor un poquito ácido que no a todo el mundo gusta; por eso es habitual edulcorarlo con una cucharadita de azúcar. Pero, además, se le puede dar un toque goloso añadiendo un par de cucharadas de mermelada en la base de los vasitos donde se prepare el yogur. Luego se vierte sobre la mermelada elegida la mezcla tibia y, una vez cuajado el yogur, el resultado obtenido es espectacular: un yogur natural integrado con la mermelada y que se puede complementar con unos trocitos de las frutas elegidas, en fresco.


Este articulo fue publicado el 19 Febrero 19Europe/Madrid 2021 a las 8:57 am y esta archivado en Viña y fogón. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

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