Por Antonio Adeliño Vélez | Febrero 28, 2023 - 17:55 pm - Publicado en Cultura

Asociación de Vecinos de Santa Catalina

Asociación de Vecinos de Santa Catalina

Antonio Adeliño Vélez. En un momento de la historia del imperio romano, se cambió el calendario lunar por el solar. El impulsor definitivo de este acontecimiento fue Julio Cesar, militar y estadista romano, que fue asesinado en las fiestas “lupercales” del año 44 a. de C., celebradas el 15 de marzo.

MejorableAceptableBuenoMuy BuenoExcelente (8 votos, media: 5 de 5)
Loading ... Loading ...

Con la reforma del calendario, el año pasaba a comenzar el día 1 de enero, y no el primer día de marzo. La medida tuvo éxito desde el punto de vista administrativo, pero no en lo popular. El pueblo llano, siguió celebrando el inicio de la primavera, cantando “las martiae” para pregonar la llegada del buen tiempo, y celebrando “las lupercales” fiestas en honor de las deidades agrícolas que despertaban del sueño invernal.

Esta tradición bimilenaria de festejar la llegada de la primavera, que tiene su origen en las dos fiestas populares citadas, se sigue conservando en muchos pueblos de La Ribera burgalesa, aunque haya que salir a cantar bien abrigados porque en la meseta en esa época del año, todavía las noches son frías, y también por aquello de no quitarse el sayo, hasta el cuarenta de mayo.

Pero en nuestro entorno cultural, las marzas eran algo más que un canto de bienvenida a la primavera, pues constituían el rito cumbre de iniciación a la mocedad. Los mozos, jóvenes solteros entre 15 y 30 años, eran los protagonistas de la fiesta. En el año que alcanzaban la edad de 16, se llegaba a la categoría de mozo, y eran recibidos en la hermandad, previo pago de una cuota que era conocida con los nombres de quintada, patente, cuartilla o peseta. El canto de las marzas y la merienda posterior, formaban parte del rito iniciático para los recién incorporados a la mocedad y, desde ese día, ya podían cortejar a las mozas y “echarse” novia.

Las marzas fueron languideciendo con la llegada de la modernidad al mundo rural en que nacieron, y también por causa de una despoblación galopante que mermó las cuadrillas de mozos, hasta reducirlas a su mínima expresión. Pero a partir de la década de los ochenta, resurgió de sus cenizas la vieja tradición y se formaron nuevas cuadrillas de marzantes, integradas ahora por más personas mayores que jóvenes, de ambos sexos, que se reúnen el último día de febrero para recibir al mes de marzo cantando unas coplas de preciada solera.

Las estrofas de la canción son de contenido muy parecido en todos los pueblos, aunque se suelen introducir matices propios y singulares de cada lugar. En esencia, se trata de un canto de ronda y petición de dones que ejecutan dos coros, donde se comienza pidiendo permiso para cantar; se sigue cantando las excelencias y tareas de distintos meses del año; se continúa con algunas estrofas que cantan desdichas o quejas amorosas, y otras que alaban los encantos femeninos; y se termina pidiendo algunos obsequios a los vecinos.

Antaño la fiesta concluía el día siguiente con una merienda colectiva de los mozos, donde se daba buena cuenta del tocino, chorizo, huevos, escabeche, vino, etc, con que el vecindario, había recompensado el acierto musical de los jóvenes. Ogaño se degustan pastas con café y aguardiente, para entonar el cuerpo de los dos coros de sufridos marzantes, qué superando las frías temperaturas de la noche invernal, han cantado con voz alta y clara, las distintas estrofas de la serenata.

No debemos perder las tradiciones, porque son las señas de identidad de nuestros pueblos y los elementos de unión de sus vecinos. Por inercia hemos incorporado los peores vicios del progreso, asumiendo modas y usos banales o triviales, y hemos ido apartando lo propio, por considerarlo rancio, aldeano y pueblerino; despojando a nuestros pueblos de sus notas de identidad, de sus costumbres ancestrales y de sus ritos festivos.


Este articulo fue publicado el 28 Febrero 28Europe/Madrid 2023 a las 5:55 pm y esta archivado en Cultura. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

1 Comentario

  1. Febrero 28, 2023 @ 9:37 pm


    Artículo bien documentado y que refleja la ilusión de una juventud que no tenía muchos momentos para divertirse. Desde luego el canto de las “marzas” era una fiesta. El internet, las redes sociales y la despoblación acabará con esta tradición. Artículos como éste y publicaciones como ésta serán testigos de una tradición que se perdió.

    Escrito por Manuel

Escribe un comentario

Nota: Los comentarios de nuevos usuarios son revisados por el moderador antes de publicarse.