Por Gloria Soto | Marzo 23, 2023 - 8:07 am - Publicado en Cultura

Gloria Soto. La clausura del Festival de Cine de Miami tuvo lugar en la Plaza Jungle en pleno distrito de la zona de Diseño, donde se puede disfrutar de sus salas de arte y museos, buenos restaurantes, y visitar las mejores marcas de tiendas, en medio de un ambiente de vanguardia.

La película de cierre del evento fue The Lost King, del director Stephen Frears, protagonizada por Sally Hawkins, y Steve Coogan, nos cuenta una historia verídica que arranca cuando la protagonista acude a ver la obra de teatro sobre Ricardo III, un rey que hizo memorable la frase: Mi reino por un caballo, y sale pensativa y afectada por la historia. A partir de aquel momento, Ricardo se le empieza a aparecer. Guiada por esta visión y por una enorme curiosidad acerca de los hechos, se enzarza en la búsqueda de su tumba. La tenacidad y la psique, quien sabe, conseguirán que, tras muchos esfuerzos, encuentre el cadáver de Su Majestad. Obviamente, la noticia tuvo resonancia mundial y hasta la Casa Real de Inglaterra, haciéndose eco de la misma, tomó nota al respecto. Una buena película que combina perfectamente lo natural y cotidiano con lo sobrenatural, dando toque de normalidad a un suceso que rebasa los límites de lo racional.

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Seguidamente, tuvo lugar la fiesta de cierre para culminar una programación que ha dejado muy buen sabor de boca. La misma se celebró en plena plaza, y al aire libre, aunque cerrada para el público que no dispusiera de ticket. El ambiente resultaba muy artístico, al resaltar el enorme mural de la pared central con las luces, la iluminación y los árboles de los alrededores de un color verde intenso; todo ello, propiciaba un entorno de lo más acogedor.

En la velada pude disfrutar de una distendida conversación, acompañada de bebida al gusto, y buenas tapas, entre las que destaco la paella española y el jamón serrano. ¡Que bueno!

Entre los asistentes, Emilio Alcalde, director del documental AfroCuba 78, con el que tuve la oportunidad de charlar sobre esta producción en particular y acerca de su trayectoria en general. Tenía muy fresca la información, pues había visto su cinta el día anterior, y me había documentado de su carrera profesional. Todo ello propició una conversación muy interesante y fluida. El documental versa sobre el grupo AfroCuba 78, una banda musical de gran talento que apuntaba lejos, pero debido a varias vicisitudes, todas relacionadas con el gobierno de la isla, de pronto, se esfumó. Aún cuando, algunos de los componentes siguieron, su ritmo tocaba al compás considerado aceptable, pero el espíritu original había desaparecido para nunca más volver. Alcalde recoge testimonios de sus componentes y brinda sonidos de una música que mezcla los ritmos conocidos con elementos africanos, en una comunión de sonidos que hasta entonces no se habían escuchado, según testimonio de sus protagonistas. Para mi, fue otra pieza más que confirmaba como, los proyectos personales se habían ido modificando por el devenir del gobierno revolucionario. Así, se refleja en los documentales, Bebo, de Ricardo Bacallao, sobre el magistral Bebo Valdes y su vida en el exilio. “A tu padre no le gusta esto. Caiga quien caiga aquí, empezando por mí, no vuelvas”, le dijo su madre. Así lo hizo. Dejó Cuba en el inicio de los años 1960, para nunca más volver. El Caso Padilla, de Pavel Giroud, sobre la pública alocución del poeta, Herberto Padilla, tras ser puesto en libertad, cuando se retracta de sus ideas y rinde pleitesía al régimen. En Havana Stories, de Eliezer Jimenez, sobre la Operación Payret de 1979, un dispositivo policial contra Daniel Faz, visualizado como gay por el gobierno, al que se pretende coger, nunca mejor dicho, “con las manos en la masa”, y los efectos que tuvo desde entonces hasta tiempos presentes, sobre varias personas, relacionadas de alguna manera con Faz.

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De signo muy distinto, fue el documental que, también me gustó mucho, Joyce Carol Oates: A Body in The Service of Mind, sobre la prolífica escritora americana, cuya vasta obra abarca entre otras, Blonde, sobre la figura de Marilyn Monroe, presentada en las pantallas con el mismo título en 2022.

En cuanto a la presencia española, la película As Bestas, Las Bestias, de Rodrigo Sorogoyen, no podía dejar el pabellón más alto. Francamente, no me extraña que se llevara tantos premios en los Goya, pues no tiene desperdicio. El guion se centra en una aldea gallega y los conflictos entre unos vecinos oriundos de la zona y un matrimonio francés instalado recientemente. A partir de ahí, se abren muchos filos para reflexionar. Unos diálogos inteligentes, con muy buena interpretación, entre las que destaco el soberbio personaje que realiza Luis Zahera, Goya, al mejor actor de reparto. Todo ello, complementado con una imagen y sonido que casan a la perfección. Un espléndido resultado imposible de conseguir sin una remarcable dirección.

Durante la fiesta tuvimos la oportunidad de mover el esqueleto a ritmo hispano-americano, pues si algo no falta en Miamí, es la música y la conversación en español. Al terminar, una última mirada al entorno para ver como las luces se iban apagando y se vislumbraba esa zona bulliciosa horas antes en una absoluta y completa calma. Un año más, hay que agradecer a la Escuela de Cine del Miami Dade College, con la colaboración de la Fundación Knight esta cita con el mundo del arte cinematográfico que forma parte de la vida cultural de la ciudad con letras mayúsculas.


Este articulo fue publicado el 23 Marzo 23Europe/Madrid 2023 a las 8:07 am y esta archivado en Cultura. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

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