Por Redacción | Abril 20, 2015 - 11:05 am - Publicado en Opinión

Ilustraciones de D.Pedro Félix García | El Desvío de la N-122

Ilustraciones de Pedro Félix García | El Desvío de la N-122

Texto: Javier Marqués | Ilustraciones: Pedro Félix García. La reciente apertura del desvío de la Nacional 122 y el, suponemos, inmediato comienzo de las obras en distintos tramos de la denominada Autovía del Duero ha despertado la alegría de un sector de nuestra sociedad. Otros tantos, preferimos preservar nuestro entusiasmo hasta ver completo éste interminable “culebrón” viario.

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Cualquiera que se haya desplazado hasta Soria ó Valladolid habrá constatado una curiosa circunstancia (cuando no impericia).

…sería justo pedir a quien corresponda solución y remedio para nuestra ya anciana Nacional 122″.

Y es que aunque “hoy las Ciencias adelantan que es una barbaridad” (que decía don Hilarión), los usuarios de la ínclita N122 seguimos “adelantando” como lo hacían nuestros padres y los padres de nuestros padres en una gran parte de sus tramos: esto es; invadiendo legalmente el carril de los que circulan en sentido contrario y encomendándonos a la caballería de nuestro sufrido automóvil.

Se han vertido ríos de tinta sobre la conclusión de la Autovía del Duero, y la – ya merecida y definitiva – jubilación de éste peligroso anacronismo viario, pero servidor (que es un poco escéptico) dibuja en su imaginario a los hijos de mis hijos recorriendo resignados los mismos tramos que trazaron sus ancestros; aunque sea ya con coches que leviten, platillos volantes ó corbetas intergalácticas. Da igual, todo apunta a que nuestra, ya vieja, nacional 122 seguirá resistiendo el paso de los siglos como ya lo hicieran las históricas calzadas romanas.

Pero ¿Cuál es el motivo?, ¿qué impide finalizar ésa tan necesaria actualización?. Pues doctores tiene la Ciencia pero – fíjense – que no damos con la respuesta. Hay quien asegura que la autovía chocaría (y no sólo metafóricamente) contra nuestras encomiables viñas y viñedos, por lo que el sector (que tantas alegrías no da y ha dado) no verían con buenos ojos ése trazado ¡completo! de cuatro carriles con el que soñamos los que nos enfrascamos con la automoción.

Sin querer dudar de la verosimilitud de tan extendida teoría, éste humilde narrador considera que, por una parte, nuestros enólogos y viticultores poseen destreza y maestría suficiente como para seguir deleitándonos con su producto… plantel arriba, plantel abajo. Por otra “Castilla es ancha y plana como el pecho de un varón”, que decía el poeta, pero ancha… ancha… A buen seguro, que entre sus históricas tierras encontraríamos de algún modo y acomodo para asfalto y espalderas. Todo es cuestión de voluntad.

Lo que nos lleva a la segunda de las teorías…. Y no, con la Iglesia no hemos topado, pero sí con las administraciones que, si me lo permiten, son de un peor “topar”. Son consabidas las desavenencias de unos y otros a la hora de crear consenso y – por otra parte – justo es admitir que España no ha estado para demasiados dispendios económicos. Pero discúlpenme una osadía: la natural austeridad castellana ha facilitado que éstas tierras no sean destino ni origen de ésas obras faraónicas que han colocado al país en la prensa Internacional (…y no con loas, precisamente), por lo que (sin abandonar nuestra atávica humildad) creo que sería justo pedir a quien corresponda solución y remedio para nuestra ya anciana Nacional 122. Pero en su totalidad, por favor.

Y es que, señoras y señores, la vida es lo suficientemente valiosa y bonita como para no querer jugársela a un doble carril.


Este articulo fue publicado el 20 Abril 20Europe/Madrid 2015 a las 11:05 am y esta archivado en Opinión. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

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