Jose Mateos Mariscal. La ministra de Justicia en Alemania se preguntaba hace poco por qué las vÃctimas de violencia machista no denuncian más su situación y concretó que alrededor del 80 % de las vÃctimas mortales no denuncian a sus agresores concluyendo que ello puede ser por desconfianza hacia el sistema judicial y subrayando que, únicamente, a partir de una denuncia puede un Juzgado optar por las medidas de alejamiento y órdenes de protección de mujeres emigrantes en Alemania.
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Esto último es cierto y también lo es que existe un porcentaje altÃsimo de vÃctimas que no denuncian sobre todo emigrantes, pero la conclusión a la que llega la ministra evidencia cómo la mayorÃa de las veces quienes opinan sobre violencia de género, afortunadamente para ellos, no la han sufrido. Nadie puede saber realmente lo que siente una mujer emigrante, lo que padece y el miedo que tiene la vÃctima salvo la persona o personas que lo hayan sufrido, ya que no sólo dicha violencia de género puede recaer sobre la esposa o pareja sino también sobre los hijos y nadie sabe lo que ocurre dentro de cada casa más que los que viven en ella. “Un español en Alemania” ayuda a mujeres españolas maltratadas en Alemania, investiga la ayuda recibida.
Violencia de género siendo migrante en Alemania
En la ciudad de Wuppertal (Alemania) Diana (nombre ficticio), de 28 años y madre de un hijo, sufrió durante 7 años hasta que finalmente decidió separarse de su maltratador. “No tenÃa miedo de que me pegara, sino que estaba convencida de que me matarÃa”, explica. Al principio, dudó en presentar una denuncia ante la policÃa Alemana por miedo a cómo podrÃa reaccionar él, pero a medida que fue conociendo los servicios de un centro de acogida local (frauenhaus) se dio cuenta de que podÃa escapar de su torturador siendo española residente en Alemania. También decidió presentar una denuncia.
Eran tiempos felices y nada hacÃa presagiar el «infierno» que se le venÃa encima. Era una pareja normal, con una vida normal. Diana se habÃa enamorado como nunca y no lo pensó un segundo. Hizo sus maletas y comenzó una vida en Alemania junto a su pareja e hijo en común. Todo cambió nada más entrar por la puerta. Recuerda cada paliza, cada maltrato y ahora que ha reunido el valor suficiente quiere contarlo para que su testimonio ayude a otras mujeres migrantes. Antes lo reunió para denunciarlo. «VivÃa en la casa del terror», afirma. «La primera vez que me pegó fue un sábado. Salimos de fiesta y él no querÃa volver a casa. Comenzó a pegarme en la calle y una patrulla lo arrestó en Alemania», relata. Esa primera vez quedó en nada (cuenta que no pudo poner la denuncia porque la madre de él y el hermano mediano la acompañaron para que la quitara). Él volvió a casa y todo siguió su curso: palizas constantes, costillas rotas, perforación del tÃmpano y el detonante que puso el punto y final siete años de maltrato: el 19 de agosto de 2018 la agredió brutalmente. Ese dÃa su hijo de siete años estaba en casa.
Cuando llegaron los agentes y entré en casa para recoger mis cosas para irme a la frauenhaus, él, que estaba muy tranquilo, me dijo que contara que «habÃa sido toda una broma porque, si no lo hacÃa, cuando saliera iba a ir a por mà y a matar a la perra». No se amilanó. Diana siguió para delante con su denuncia.
Al vivir con un padre maltratador, su hijo también sufrÃan estrés y dificultades económicas. Salir no fue fácil, pero con el apoyo de los trabajadores sociales, un refugio local en Wuppertal y un espacio seguro para recuperarse, Diana con la dificultad de hablar Alemán se le complica la situación cada dÃa empeora más La Frauenhaus le gestiona la ayuda social la cual el 90 por ciento se queda dicha organización para luz, agua, habitación y ella recibe un 10% haciendo imposible la subsistencia en Alemania unos 450 euros y la complicación de la barrera de idioma imposible de hablar sin estudiarlo, nos cuenta que a decidido volver a España su paÃs de origen, con un montón de trabas del consulado Español en Düsseldorf en la repatriación.
“Reconozco que es muy difÃcil sobrevivir en Alemania sin idioma y sin ingresos el jodcenter me quita la ayuda social si no obtengo en tres meses al menos un minijod (trabajo de cuatro horas), las leyes alemanas no ayudan al la mujer maltratada, son todo barreras económicas e invisibles para una emigrante española en el paÃs Germano, las leyes alemanas contra el mal trato estas obsoletas retrasadas cuarenta años con respecto a España, pero con terapia, ayuda legal y la formación en habilidades, me recuperé mejor en España”, explicó.
Los servicios esenciales para las supervivientes emigrantes de la violencia doméstica en Alemania son básicas e obsoletas, los juicios tardan más de seis meses el maltratador disfruta de libertad, imposible la repatriación a España por parte del consulado Español en Düsseldor.
“Me siento prisionera, acorralada o traicionada en Alemania. Hay tantas cosas por las que una pasa una mujer como vÃctima de violencia de genero, incluido el maltrato psicológico” .Diana es Española una de las 19 mujeres supervivientes alojadas en la frauenhaus en Wuppertal.
Este articulo fue publicado el 16 Agosto 16Europe/Madrid 2022 a las 6:15 am y esta archivado en Opinión. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.