Coordinadora Unitaria de Bomberos Profesionales. Más de una docena de incendios forestales en Lugo, Ourense, Pontevedra y A Coruña, con 3 víctimas mortales y 4000 Ha arrasadas por las llamas, amenazando en su interfaz a docenas de municipios de muchos pueblos y capitales.

Incendios

Los efectos climáticos de la mala gestión en materia de bomberos

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La propia Consellera do Medio Rural de la Xunta, Ángeles Vázquez, asegura que al menos 132 focos de incendios fueron provocados y no dudó en calificarlos de “atentados” así como de “terroristas” a sus autores. Algunos partidos han manifestado la falta de medios y la descoordinación que han podido constatar. Mientras tanto, el Gobierno asegura que todo es culpa de las condiciones climáticas y de la intervención de delincuentes pirómanos.

A un par de semanas del despido de 436 brigadistas forestales de la Xunta, se han movilizado los escasos recursos de bomberos de Galicia, y según reza en los diarios, “junto con vecinos de todas las poblaciones” hicieron frente a este gran incendio. Bomberos públicos, bomberos privados, brigadistas forestales armados con “palas de goma y mochilas extintoras”, un largo etc. de despropósitos y, por si esto fuera poco, acompañado por las condiciones impuestas en ese preciso momento por el huracán Ophelia, y que no han beneficiado a los escasos recursos que hacían frente a los incendios y a las tareas de coordinación, evacuación y rescate necesarias.

Si comparamos Galicia con otras Comunidades Autónomas (CCAA), nos encontramos con que es prácticamente la única que tiene los servicios de bomberos privatizados, con un 62% de las plantillas bajo mínimos y en manos de empresas privadas.

En cuanto al número de bomberos a disposición de los ciudadanos también es significativa la comparación respecto a otras CCAA. Si comparamos Galicia por población (2,7 millones) encontramos que en Castilla la Mancha cuentan con unos 1.100 bomberos públicos para 2 millones de habitantes. En Castilla y León con cerca de 870 bomberos públicos para 2,4 millones de habitantes y en Euskadi con unos 1.100 bomberos públicos para 2,2 millones de habitantes. Mientras tanto, Galicia cuenta con 559 bomberos públicos y 351 bomberos privados, es decir, ni siquiera uniendo ambos colectivos alcanzaríamos la ratio de CCAA similares en población. Y si hablamos de número de efectivos públicos, incluso Murcia, Asturias, Aragón, Extremadura y Baleares con la mitad de población, cuentan con más bomberos públicos que Galicia.

El índice de bomberos por habitante en Galicia es el segundo más alto de España, con 2.985 habitantes por bombero, mientras que la media nacional se sitúa en 2.324 habitantes por bombero, es decir, Galicia es la penúltima comunidad autónoma en este aspecto, tan sólo por delante de Canarias.

Todo ello sin contar los servicios de bomberos forestales, que en el resto de CCAA también existen, hablamos de bomberos públicos al servicio de la ciudadanía, y que, por supuesto, también acuden desde tiempo inmemorial a los incendios forestales.

Hay que decir que la media de la UE en bomberos profesionales por habitantes se sitúa en 1.629, lo que significa que en España estamos ya de por sí por debajo de esta ratio. No obstante, en Galicia nos encontramos con uno de los peores casos.

Sin embargo, estos datos no parecen resultar de interés para los dirigentes políticos, y obviando esta realidad incluso en León pretenden seguir con esta vorágine privatizadora y llevar el fracasado sistema gallego a la Diputación Provincial. Casualmente se trata del mismo partido político que gobierna en Galicia y que, si bien pudieran estar haciéndolo bien en otros aspectos de la gobernación, en el caso de los servicios de bomberos distan mucho de ser un ejemplo de buena gestión, y a las pruebas nos remitimos.

La Coordinadora Unitaria de Bomberos Profesionales lleva tiempo intentando que nuestros políticos atiendan esta problemática con decisión. En Galicia hemos tenido ocasión de manifestarlo varias veces, tanto en los últimos incendios forestales que amenazaban la vida de los ciudadanos, como en otras emergencias que amenazaban la vida pública por otras vías, como ocurrió en Fandicosta.

Lejos de intentar ser oportunistas, y con el dolor que subyace al hecho de conocer la situación que han vivido los ciudadanos gallegos estos días, en particular los fallecidos y sus allegados, a los que mandamos nuestras condolencias, sí que hemos de manifestar nuestra plena convicción respecto a la necesidad de regular convenientemente los servicios de bomberos en nuestro país, y que desde las más altas instituciones del Estado se sienten de una vez por todas a debatir sobre este asunto, se cree la correspondiente comisión, y tengan en cuenta las reivindicaciones de un colectivo que con su entrega y vocación de servicio demostrada desde hace siglos, merece que de una vez por todas pueda contar con una Ley Reguladora de los SPEIS del Conjunto del Estado.


Este articulo fue publicado el 17 Octubre 17Europe/Madrid 2017 a las 7:41 am y esta archivado en Opinión. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

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